De los ocho candidatos que hicieron campaña para ese fin, cuatro tamaulipecos ocuparán una curul en la Cámara Alta: Olga Sosa y José Ramón Gómez Leal, ganadores de la elección; Imelda Sanmiguel, panista, por ser la primera minoría; y Maki Ortiz, por ser la suplente de la posición plurinominal de Ruth González, la esposa del gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo, y quien ganó además su elección como candidata de mayoría.
Como puede verse, se trata de perfiles muy distintos entre sí, y que llegan al Senado en condiciones muy contratantes.
Incluso entre dos los morenistas pueden encontrarse diferencias significativas.
La tampiqueña Olga Sosa se echó al hombro todo el peso de la campaña, recorriendo el estado desde la zona conurbada hasta Nuevo Laredo, y reforzando además los trabajos de candidatos a todos los cargos de elección popular en toda la geografía estatal.
De José Ramón Gómez Leal, en cambio, poco se supo durante los tres meses de proselitismo, consciente de que su posición como segunda fórmula de Morena le alcanzaría para llegar al Senado sin sudar la camiseta.
A la panista Imelda Sanmiguel también habría que reconocerle que imprimió energía a una campaña que lucía muy cuesta arriba.
A pesar de su evidente filiación con el grupo político de los Cabeza de Vaca, navegó con cierta suficiencia entre las diferentes corrientes panistas -enfrentadísimas entre sí- y logró posicionarse junto a Jesús Nader, como las únicas figuras estatales sobrevivientes en medio del tsunami que barrió a Acción Nacional.
El caso de Maki Ortiz es muy particular, porque asistimos a su enésimo intento de aferrarse al poder.
De alguna forma lo consiguió -asegurar seis años en el Senado no es poca cosa- pero para ello derrumbó todos los puentes políticos que la conectaban con la 4T tamaulipeca.
Después de la última campaña se quedó aislada en Reynosa, sin más aliados que puedan apuntalar sus aspiraciones.
El paso de estos tamaulipecos por la Cámara de Senadores cobra relevancia porque de ahí han surgido los últimos dos candidatos a la gubernatura del estado, y es evidente, que los cuatro han perfilado esa ruta como una de sus posibilidades para los próximos años.
Falta mucho tiempo, pero de entrada dos de ellos parecerían tener ese camino bloqueado.
José Ramón Gómez Leal, por su ineludible relación familiar con los Cabeza de Vaca, y Maki Ortiz, por haberse enfrentado con la cúpula morenista.
Olga e Imelda, una por la 4T y otra por la oposición, parecerían tener a la mano un camino menos empedrado, pero esto apenas empieza. El primero paso que deberían dar es hacer un trabajo digno en el Senado.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES