El paso de la tormenta tropical Alberto por el estado de Tamaulipas ha tenido un inesperado impacto positivo en el turismo ecológico, especialmente en la región central de la entidad.
Las intensas lluvias llenaron ríos, presas y revelaron nuevos oasis en la Sierra Madre Oriental, lo que atrajo a un número récord de visitantes a estos parajes naturales.
El notable aumento en la afluencia de turistas llevó al gobierno municipal a implementar un plan de capacitación para senderistas y observadores de aves, con el objetivo de profesionalizar estas actividades que, hasta ahora, han sido realizadas mayoritariamente de manera amateur por el 80% de los practicantes.
La Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo del Municipio de Victoria, encabezada por Diana Céspedes González, reportó una temporada vacacional de verano excepcional, con una derrama económica de 76 millones de pesos y la visita de 90,100 personas a diferentes destinos turísticos de la región.
Según los datos proporcionados por la secretaría, entre el 6 de julio y el 4 de agosto, el parque ecológico Los Troncones recibió a 49,384 visitantes, mientras que el balneario Ojo de Agua Santa Ana atrajo a 1,913 personas, el parque Camino Real a Tula registró 7,990 visitantes, y miles más acudieron a las cascadas de Juan Capitán y otras zonas de senderismo.
El impresionante incremento en la afluencia de turistas se atribuye en gran medida a las fuertes precipitaciones causadas por la tormenta tropical, que revitalizaron los niveles de agua en lugares como el parque ecológico Los Troncones.
Antes de julio, este parque presentaba cifras de visitantes muy bajas, con apenas 2,000 personas en la temporada vacacional anterior, en comparación con los casi 50,000 de la última temporada.
El auge del turismo ecológico también fue impulsado por la viralización de fotografías y videos en redes sociales, donde exploradores capturaron las espectaculares imágenes de los ríos y cascadas que emergieron tras las lluvias.
Estas publicaciones motivaron a miles de personas a visitar estos lugares, convirtiéndolos en destinos turísticos populares.
Entre las sorpresas que trajo este fenómeno, destaca el oasis del Venadito, cuyas cascadas, aunque ubicadas en una propiedad privada, fueron descubiertas por senderistas y rápidamente ganaron notoriedad en internet.
Sin embargo, debido a la popularidad inesperada, los propietarios decidieron restringir el acceso al público.
Otro de los destinos que ha captado la atención de los turistas son las cascadas de Juan Capitán, que, a diferencia de temporadas anteriores, han mantenido un flujo constante de agua durante semanas.
Este inusual fenómeno ha motivado a muchos victorenses y visitantes de otras partes del estado a recorrer grandes distancias para presenciar la belleza natural de estas cascadas.
El éxito del ecoturismo en Tamaulipas, potenciado por las recientes lluvias, refleja el potencial de la región para convertirse en un referente del turismo de naturaleza, siempre y cuando se continúen fomentando prácticas responsables y se garantice la conservación de estos espacios naturales.
APUESTAN POR EL TURISMO DE CONECTIVIDAD
Aunque Ciudad Victoria no ha sido tradicionalmente una sede “favorita” para el turismo, en comparación con destinos como Tampico o Madero, el ayuntamiento está decidido a cambiar esa percepción. Además de fomentar el ecoturismo con actividades como el senderismo y la observación de aves, así como el disfrute de balnearios naturales, la administración local está apostando por un nuevo enfoque: el turismo de conectividad con municipios vecinos como Güémez, Jaumave y Padilla, utilizando la presa Vicente Guerrero como un punto clave.
Esta presa, también conocida como “Las Adjuntas”, ha experimentado un resurgimiento significativo gracias a las recientes precipitaciones.
Hasta hace un mes, la presa se encontraba en una de sus etapas más críticas, con solo el 7.7% de su capacidad de almacenamiento, resultado de ocho años de muy bajas precipitaciones en la región.
Sin embargo, las lluvias han revitalizado este importante recurso hídrico, que no solo es vital para el suministro de agua potable a los más de 350,000 habitantes de Ciudad Victoria, sino también para la irrigación de 35,000 hectáreas agrícolas en Abasolo, principalmente sembradas de maíz. La presa Vicente Guerrero, con sus 39,000 hectáreas de superficie, es también un importante punto de encuentro para la pesca comercial y deportiva.
Cada semana, decenas de turistas acuden a sus alrededores para disfrutar del contacto con la naturaleza, lo que convierte a este cuerpo de agua en un motor económico esencial para la región central de Tamaulipas.
El reciente incremento en los niveles de agua no solo ha mejorado la pesca, sino que también ha favorecido las actividades agrícolas, con sembradíos de maíz y sorgo que se multiplican gracias a las abundantes cosechas.
Esto, a su vez, ha llevado a un aumento en la población de paloma ala blanca, una especie que encuentra en esta región su hábitat de reproducción. Estas áreas protegidas atraen cada año a cientos de cazadores, impulsando el turismo cinegético bajo las estrictas regulaciones de la legislación vigente.
POR RAÚL LÓPEZ GARCÍA