CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Tras 8 días de búsqueda, finalmente fue localizado el cuerpo sin vida de Ulises Orlando Rodríguez Velázquez, quien fuera reportado como desaparecido tras el fatal accidente registrado en el kilómetro 79 de la carretera Victoria-Zaragoza, donde el conductor de la unidad en la que él viajaba perdió la vida de forma instantánea.
A las 16:25 horas se recibió una llamada al número de emergencias 911, en la que el usuario informaba sobre un cuerpo sin vida dentro de un rancho, que se localiza en el kilómetro 14 de la carretera a Matamoros, no muy lejos de donde el pasado domingo se había registrado el fatal accidente.
La Comisión Estatal y Nacional de Búsqueda llegaron hasta el citado rancho, donde una persona ya los esperaba a bordo de carretera para conducirlos hasta donde estaban los restos humanos.
Fue a través de una credencial de elector que los elementos comprobaron, que el cuerpo en descomposición era el de Ulises Orlando Rodríguez Velázquez, quien contaba con 40 años de edad y era originario de Güémez.
Cabe señalar que Ulises desapareció luego de un accidente donde su amigo perdió la vida tras invadir el carril contrario y chocar de frente contra una camioneta.
Ambos viajaban en un automóvil Volkswagen Jetta con destino a un baile y fue a la altura del kilómetro 79 de la carretera a Zaragoza, que el conductor invadió el carril y chocó de frente con una camioneta donde viajaba una familia.
El impacto fue tan brutal que el conductor del Jetta salió expulsado de la unidad y murió de forma instantánea, pero no así Ulises, quien desapareció de la escena.
Un par de días después, familiares del ahora occiso se manifestaron cerrando la misma carretera para exigir una búsqueda intensa por parte de las autoridades.
Además de proporcionar fotografías para una mejor descripción, familiares y amigos informaron que Ulises padecía de hemofilia, enfermedad que se caracteriza porque la sangre no coagula.
Temían que, en caso de haber sufrido una herida en el fuerte accidente, Ulises pudiera perder mucha sangre y poner en peligro su vida. La desesperación por encontrarlo lo antes posible obligó a sus seres queridos a plantarse en las oficinas de la Fiscalía y la casa de gobierno.
Por aire y por tierra, las autoridades estuvieron buscándolo, y finalmente fue un caballerango quien encontró sus restos.
Por Alejandro Dávila
Expreso – La Razón