CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La tensión en el aire es palpable. Cada disparo lleva el peso de un sueño, y cada segundo se siente como un latido en la mira de su rifle. Para José Manuel Perales Gallardo, el camino hacia la excelencia no ha sido fácil. Cambió el bullicio del fútbol por la soledad del tiro deportivo, un deporte que exige no solo precisión, sino una fortaleza mental capaz de soportar la presión, donde un solo error puede arruinar toda una competencia.
En su primer gran reto en los Nacionales CONADE 2024, las lágrimas de frustración no tardaron en aparecer, pero esa misma competencia le ofreció un contraste de emociones. “No me rendí, porque sabía que si seguía adelante, algo grande iba a suceder”, nos compartió José.
Al final, terminó con un récord nacional en su haber, cuatro medallas —una de oro, dos de plata y una de bronce—, y una voluntad inquebrantable, por lo que nos contó cómo esas lágrimas se transformaron en su mayor triunfo, todo esto con apenas unos meses de entrenamiento.
El destino lo llevó al tiro deportivo casi por accidente. A finales de 2023, descubrió que este deporte se practicaba en Ciudad Victoria y no dudó en pedirle a su padre que lo llevara. Ya había sentido la conexión con el rifle en sus idas a cazar junto a él, pero fue en esa pista de tiro donde entendió que estaba hecho para este deporte, que lo llevaba en la sangre.
EL DEPORTE SIEMPRE EN SU VIDA
El fútbol fue su deporte principal por muchos años, jugó en Copa UAT, el famoso torneo infanfil y juvenil con La Salle, “siempre me llamó la atención el fútbol. Estuve entrenando en la selección de La Salle con el profe Micky Sánchez”, compartió.
Aseguró que “sí la movía, era algo bueno”, pero él decidió que debía explorar otros deportes, pues se considera alguien curioso, por lo que estuvo en natación y hasta en boxeo.
“No fui tan bueno en boxeo, llegué a competir en municipales, pero realmente solo fue por diversión, fue una experiencia bonita”.
¿Y EL TIRO DEPORTIVO?
José Manuel desde los tres años sabía lo que era la cacería deportiva, pues acudía con su papá a uno de los clubes de Ciudad Victoria a las diferentes zonas que tiene las orillas de la capital para cacería deportiva.
“Íbamos los miércoles y algunos domingos. Desde pequeño, a veces me ponía a tirar, él me ayudaba obviamente, lo hacía con cuidado, nunca me dio miedo y mi papá siempre decía que tenía buena puntería”, mencionó.
“Siempre me atrajo mucho ese tema, de las armas, jugaba videojuegos, desde pequeño me gustó la forma en que se practica el tiro. La satisfacción de detonar el arma y dar en el blanco es única. Cuando disparas en un campo de tiro y escuchas el sonido del impacto, es algo único”, señaló.
José Manuel cambió el aire libre por la cancha de tiro, pues varios años después de que su pasión fueron la caza, descubrió que había la práctica del tiro olímpico en la capital tamaulipeca, “yo no sabía que existía este lugar, sinceramente”.
“Fue gracias a mi primo, Raúl, que me introdujo en esto. Sabía que existía, pero no sabía que había un lugar para practicarlo aquí en Victoria”, subrayó.
SU INICIO EN EL TIRO OLÍMPICO
José Manuel tenía todo lo del tiro en la sangre, y eso se notó, pues aunque aseguró no es similar al uso de rifle normal, aprendió rápido y empezó a ser de los destacados en pocas semanas de entrenamientos.
“Fue un proceso rápido. Entré tarde, a finales del 2023 y entraba en la categoría de 14-15 años, y tuve que aprender todo muy rápido: las tres posiciones de pie, rodilla y tendido. Mis primeras competencias fueron en el estatal aquí en Tamaulipas, luego en un amistoso en Monterrey, después en el regional, y finalmente en el nacional”, expuso.
Al final a nivel estatal fue campeón absoluto en todas las posiciones, a nivel regional destacó a pie y rodilla, por ello entró a la dura prueba de los Nacionales CONADE, su primera gran competencia.
Los nervios aparecieron y era normal, era su primer nacional, cuando otros atletas de su edad ya tienen experiencia en diferentes competencias, él era un novato, pasó momentos difíciles pero no se achicó.
“Fue una experiencia intensa. Estaba nervioso, pero logré buenos resultados. En la posición tendida, gané una medalla de plata por equipo; en pie, rompí un récord nacional y gané otra medalla de plata, y en tres posiciones, obtuve una medalla de bronce. En total, conseguí una de oro, dos de plata y una de bronce”, mencionó.
“Sentí mucha presión y al principio pensé que no había tirado bien. Lloré después de salir de la línea de tiro, me sentía presionado y que no lo hacía bien, pero cuando me dijeron que había empatado con otro competidor, y que el récord era mío porque tiré primero, me sentí aliviado”, señaló.
EL RÉCORD QUE ‘LE QUITÓ’ LA MEDALLA DE ORO
Y es que no cualquiera tiene un récord nacional en su primera competencia, pero algo curioso fue que a pesar de poseer el récord no obtuvo medalla de oro, por quedar empatado con el que al final fue el campeón nacional, pero se ‘repartieron’ logros por cosas técnicas.
“Fue contra un chavo de Sinaloa. Fue una competencia muy reñida, yo le gané por muy poco las primeras tres series, se tiran cuatro, el desempate se hace porque toman en cuenta solo la última serie y él ahí estuvo más alto, entonces el desempate fue a favor de él, pero yo me quede con el récord por tirar todas mis series más rápido”, puntualizó.
Mala suerte, tal vez, pero no hay duda del potencial que mostró José Manuel en esta competencia, aunque para él no fue un buen resultado, pues es alguien exigente.
“Fue algo de sentimientos encontrados, me sentí bien por ser mi primer competencia, pero sabía que pude dar más, nadie se acuerda de los segundos lugares, así que si quisiera cambiar todas las medallas de plata por oro, pero eso solo es con trabajo y más trabajo”, puntualizó.
UN COMIENZO DE UNA HISTORIA
A pesar de lo mencionado, José Manuel Perales, nunca va a olvidar estas cuatro medallas que ganó, pues fue contundente y aunque en el fondo su pasión y exigencia lo hacen ver como “malos resultados”, al final, fríamente dice que “valoro mucho lo que logré. Estas medallas son el comienzo de una gran historía, estoy seguro de eso, porque voy por todo y me motivarán a ir por más”, destacó Perales Gallardo.
José Manuel no piensa en otra que mejorar, estos pasados Nacionales CONADE, será un antes y después para él, ya que ahora se ha trazado más cosas, “quiero ser seleccionado nacional, competir en Panamericanos y, eventualmente, en los Juegos Olímpicos. Mi máximo sueño es ganar una medalla olímpica, ser de los mexicanos ganadores de medalla olímpica”, comentó.
Para eso tiene que pasar por diferentes etapas nacionales de selectivos, además de quedar dentro de los primeros lugares para el ranking, lo cual no es una tarea fácil, pero él está enfocado, “Aún no soy de los mejores, pero sé que lo seré”.
DEDICADO A SU FAMILIA
José Manuel tiene una vida deportiva por delante, seguramente logrará más medallas si sigue con esa mentalidad y trabajo, a lo cual dedica y dedicará siempre a su familia.
“Se lo dedico hoy y siempre a mi familia, a quienes me apoyan, mis padres en estos pasados nacionales hasta lloraron de felicidad, fue algo bonito sentir esa alegría y hacer que estén orgullosos, así que espero hacerlo más veces”.
“Un agradecimiento a mis entrenadores, especialmente al profe Arnoldo, a Tony, y al profe Edgar, por guiarme y apoyarme en todo momento, también a ellos va dedicado”.
A pesar de los desafíos y las emociones intensas que vivió durante los Nacionales CONADE 2024, José Manuel Perales Gallardo ha demostrado que posee la determinación y el talento necesarios para seguir creciendo en el mundo del tiro deportivo.
Estas primeras medallas no son solo trofeos, sino el cimiento sobre el cual construirá una carrera que promete ser notable y que sueña con brillas en unos Juegos Olímpicos. José Manuel está preparado para desafiar sus propios límites y convertir sus sueños en realidad. Este tirador victorense que ha transformado lágrimas de frustración en combustible para su éxito, es sin duda una promesa para el deporte mexicano y un orgullo para su familia y entrenadores, quienes seguirán siendo su mayor apoyo en cada paso del camino.
POR DANIEL VÁZQUEZ
EXPRESO-LA RAZÓN