La ‘pausa’ en las relaciones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con el embajador de los Estados Unidos en México, Ken Salazar, no quiere decir que haya un distanciamiento bilateral entre ambas naciones, sino que es, simple y llanamente una respuesta a la injerencia del diplomático en los asuntos que sólo competen a México.
En esta ocasión, la reforma al poder judicial fue criticada por el texano, porque, según dijo, podría facilitar la presencia de ministros, magistrados y jueces al servicio de cárteles criminales y ahuyentar a los inversionistas del país vecino del norte.
Tan alarmante resultó su apreciación que en la Unión Americana hubo respuesta en contra de la economía mexicana con el alza en la paridad del dólar que hoy acaricia los 20 pesos.
Al respecto, el inquilino de Palacio Nacional, en la víspera, anunció un paréntesis a todo diálogo oficial con el embajador gringo, que, por supuesto incluye todos los temas bilaterales porque, aunque el tabasqueño no lo dijo expresamente, las declaraciones de Ken Salazar son atentatorias contra la soberanía nacional.
Es decir, pretenden violar el estado derecho de una nación para tomar libremente sus propias decisiones.
Otrora, los mandatarios federales permitieron esa injerencia yanqui sin chistar porque la dependencia económica a que fueron sujetos por la usura bancaria y comercial gringa los obligaba, pero también lo hicieron porque el tutelaje de los presidentes estadounidenses en turno fue determinante para que se instalaran en el poder.
Con la llegada del neoliberalismo a México, en el régimen presidencial de Carlos Salinas de Gortari, Estados Unidos prácticamente controló, hasta el fin del mandato de Enrique Peña Nieto, la economía nacional, pero igual tuvo injerencia en el relevo sexenal, las reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la política migratoria, por lo menos.
Pero desde el inicio del mandato de López Obrador, México empezó a liberarse de ese yugo. A ser más autónomo e independiente respecto a sus tratados comerciales, manejo económico y desarrollo político.
Como fuera, hay una nueva agresión contra nuestro país, por parte del país vecino del norte, iniciada con la descalificación al ex canciller Marcelo Luis Ebrard Casaubón, por parte de Donald John Trump, y ahora, cuando a raíz de que Joseph Robinette Biden Jr. (más conocido como Joe Biden) se rehusó a participar en el proceso electoral en la Unión Americana, surgió la crítica de Ken, orientada a o no a la capitalización de votos, pero ya tuvo la respuesta adecuada.
Qué bueno. Y es que así como los gringos dicen que ‘América es para los americanos’, aquí estimamos que México es para los mexicanos. Y que nadie, ningún extranjero, tiene derecho a entrometerse en asuntos que sólo competen a los mexicanos.
Seguramente, a estas alturas, sobran expresiones de rechazo hacia el embajador yanqui, con copia a su homólogo de Canadá, quien también dio en emitir declaraciones en contra de la reforma judicial.
El diplomático canadiense Graeme Clark, señaló que los inversionistas de su país están preocupados, asegurando que hay incertidumbre respecto a la reforma judicial.
A los dos diplomáticos se ha unido algunos empresarios de sus países por la incertidumbre que conlleva la reforma judicial.
En fin, mientras que López Obrador se encarga de ponerles un alto, en su calidad de presidente de México, la comisión de puntos constitucionales de la Cámara de Diputados ya aprobó la reforma para, el próximo día 3 del mes entrante (septiembre) ser llevada al pleno para su estudio, discusión y votación.
Potencia energética
En materia de hidrocarburos, el gobernador Américo Villarreal Anaya tiene bien definido el papel que Tamaulipas juega en el escenario nacional.
Sabe que la producción de gas natural en la Cuenca de Burgos, estimada en más de 1,250 millones de pies cúbicos al día, representa el 25 por ciento de lo que se obtiene en todo el país.
Igual está convencido de que la entidad es una potencia energética que requiere mayor desarrollo para tener niveles superiores de crecimiento.
Por eso Petróleos Mexicanos (Pemex) debe poner más atención al estado, pues de esta forma se podría establecer una alianza estratégica que:
a) Permita el crecimiento y la expansión de esa empresa con el uso eficiente de los recursos naturales y la preservación de nuestro medio ambiente; y
b) Haya en la entidad mayor inversión, empleo y reactivación del mercado.
Estos rubros seguramente los contempla el plan estatal de energía, y, también, son los que primordialmente atendería el consejo estatal para el desarrollo sustentable de la industria petrolera, que tiene su centro de acción en Reynosa.
POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
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