“Díganme la verdad; no me pidan disculpas; si violan la ley, pues viólenla, pero que no me entere; cuidado con lo que me informen; no cambiaré el gabinete: no se cambia caballo a mitad del río”, estas son las cinco reglas que Gustavo Díaz Ordaz les hizo aprender de memoria a sus colaboradores, según el historiador Enrique Krauze en su obra “Los Sexenios”.
El legado del expresidente de México, Díaz Ordaz, es una mezcla de logros en economía, infraestructura y estabilidad política, pero marcado por el autoritarismo y violación de derechos humanos que dejaron profundas heridas en la sociedad mexicana.
La matanza de Tlatelolco se convirtió en un parteaguas en la historia del país. Una masacre de estudiantes impactó no solo al ámbito político, sino a la vida entera del pueblo mexicano. México fue otro, 2 de octubre de 1968 no se olvida.
Por lo que, desde 2021, Nataly García Díaz, alcaldesa del municipio tamaulipeco de Gustavo Díaz Ordaz, propuso cambiar este nombre por considerar que el expresidente no merece este honor.
García Díaz propuso llevar a cabo una consulta popular para respaldar su propuesta con la voluntad de la ciudadanía de su municipio, explicando que San Miguel de Camargo es el nombre propuesto, ya que fue el que ostentó el municipio hasta 1968 cuando, por decreto No. 261 del Gobierno del Estado publicado el 20 de marzo de 1968, se convirtió en el municipio No. 43 del Estado de Tamaulipas, llevando como nombre el de quien en esa fecha era presidente de México.
Al parecer, este municipio tamaulipeco es el único del país que lleva el nombre de este expresidente.
Esta misma práctica fue implementada por Martí Batres en la Ciudad de México cuando cambió el nombre de la colonia de Coyoacán “Nueva Díaz Ordaz” por “Estudiantes del ´68” y las 27 calles que llevan el nombre de “Gustavo Díaz Ordaz” por los nombres de mujeres destacadas como “Elena Garro”.
En Tamaulipas también existen colonias y calles que llevan el nombre de este expresidente de triste memoria; por lo que, de replicarse lo acontecido en la Ciudad de México, pronto veremos cambios de nombre de estos lugares.
Con la mayoría calificada de Morena y sus aliados en el Congreso local, es muy probable que la propuesta de la alcaldesa Nataly García Díaz pronto sea presentada y aprobada; a la que el Senador José Ramon Leal ya se ha sumado.
Sin duda, la memoria de las y los estudiantes que perdieron la vida en la plaza de las tres culturas, aquel 2 de octubre de 1968, se honraría con el cambio de nombre del municipio de Gustavo Díaz Ordaz por San Miguel de Camargo.
¿Usted qué opina?
En otros temas, le comparto que el rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), MVZ Dámaso Anaya Alvarado, inauguró el seminario web “Identidad UAT” con el objetivo de fortalecer el sentido de pertenencia y la responsabilidad social en la comunidad universitaria. Durante la ceremonia virtual, el rector resaltó la importancia de este evento en el marco del 74 aniversario de la universidad, destacando el enfoque humanista en la enseñanza y el aprendizaje integral.
En su mensaje, Anaya Alvarado subrayó los valores que caracterizan a la UAT, mencionando que la institución busca transformar la educación mediante la innovación, la cultura, el arte y el deporte. Asimismo, invitó a estudiantes y docentes a participar activamente en este proceso, alentándolos a ser parte de la transformación educativa en Tamaulipas.
El ciberseminario está dividido en dos áreas: una para estudiantes y otra para docentes. Las sesiones para estudiantes se llevarán a cabo los días 9, 16 y 23 de octubre, abordando temas como la identidad universitaria y la innovación en el aprendizaje. Por su parte, los docentes tendrán sesiones los días 10, 17 y 24 de octubre, centradas en la enseñanza transformadora y la innovación educativa.
El seminario incluye actividades como material audiovisual, sketches y cápsulas informativas para transmitir los valores humanistas de la UAT. Además, refuerza el compromiso de la universidad por ofrecer una educación de calidad que trascienda las aulas y prepare a los estudiantes para convertirse en profesionales comprometidos con la sociedad.
POR NOHEMI ARGÜELLO SOSA