La historia del ferrocarril en México comenzó en 1837, tras el decreto del presidente Anastasio Bustamante, quien otorgó la primera concesión a don Francisco de Arrillaga para la construcción de la línea férrea de Veracruz a la Ciudad de México.
Sin embargo, éste no se construyó debido a la muerte del comerciante Arrillaga tres años después. Al situarse junto a la frontera, Tamaulipas pronto se colocó en la mira de las empresas extranjeras interesadas en invertir en el desarrollo ferroviario de México.
En 1855 el gobierno de Antonio López de Santa Anna les concedió a los hermanos Mosso la autorización necesaria para construir una línea directa entre México y Tampico. La idea no era mala, pues a la par ya estaba en curso la construcción de un ferrocarril a Veracruz. Pero lamentablemente no se llevó a cabo.
En 1856 se le otorgó una concesión a Esteban Zenteno y a José Dionisio González para que construyesen una vía férrea entre Matamoros y Monterrey. Aunque en esos años florecía el comercio en el puerto fronterizo, el proyecto también quedaría varado.
Según don Joaquín Meade, durante el Imperio de Maximiliano se proyectó una vía de ferrocarril que comunicaría a la ciudad de San Luis Potosí con el puerto de Tampico, misma que tocaría las poblaciones potosinas de Valle del Maíz y Los Naranjos; así como las tamaulipecas de Nuevo Morelos, Antiguo Morelos, Boca del Abra, hacienda del Naranjo y Tantoyuquita, de donde se continuaría en vapores hasta el puerto jaibo.
En 1866 fue concedido a don Esteban Salas el permiso para la construcción de una vía férrea entre Matamoros y la ciudad de San Luis Potosí, mismo que seguiría el camino carretero que discurría por la llanura y continuaba por el camino de herradura que atravesaba la Sierra Madre.
Según el doctor Octavio Herrera, también en esa ocasión las dificultades políticas y la magnitud de la obra rebasaron cualquier posibilidad de éxito.
A principios de febrero de 1878 los gobernadores de Querétaro y Aguascalientes ofrecieron su cooperación a su homólogo de San Luis Potosí, a fin de que se realizara prontamente la obra del ferrocarril a Tampico.
El 14 de febrero se celebró un contrato con el señor Benigno Arriaga, representante del gobierno potosino, para la construcción del ferrocarril que partiría de su capital al límite con Tamaulipas, en un punto inmediato a Tantoyuquita, o a otro lugar, pudiendo dicho tren tocar las ciudades de Cerritos y Valle del Maíz, por la vía principal o por los ramales que partirían de los puntos más convenientes.
Se hablaba en esos días, de una vía interoceánica de gran porvenir, que partiría desde Tantoyuquita a un punto del pacifico cerca del puerto de San Blas.
En el trazo se utilizaría la parte navegable del rio Tamesí. Se decía que las únicas obras de arte indispensables para la construcción de esa vía férrea, eran dos puentes: uno sobre el rio de los “Naranjos” y otro sobre el de “Mesillas” en Nuevo Morelos.
El costo de ellos sería de $30,000.00 y serian hechos de fierro. El 26 de marzo de 1878 se autorizó al gobierno de Tamaulipas para construir por su cuenta o por la de una o varias compañías que al efecto organizara, y para explotar de la misma manera, durante noventa y nueve años, un ferrocarril con su telégrafo correspondiente, desde Tantoyuquita u otro punto inmediato a la ciudad del Valle del Maíz, debiendo dicho tren enlazarse con el que se ha de construir desde la capital de San Luis Potosí hasta los límites tamaulipecos.
El 5 de mayo de 1878 se inauguraron los trabajos de construcción.
En marzo de 1880 “El Correo potosino” informaba a sus lectores que en el primer día de pascuas, en conmemoración al natalicio de don Benito Juárez, inauguraría la Compañía del ferrocarril a Tampico un nuevo tramos hasta un punto llamado “los ranchos”.
El 12 de octubre del mismo año, la legislatura de San Luis Potosí autorizó al ejecutivo del mismo, para traspasar la concesión del ferrocarril de Tampico a Tantoyuquita a la compañía o compañías que se organizaran al efecto. El 23 de mayo de 1881, mediante decreto, el presidente de la república, general Manuel González, aprobó la prolongación de la vía TantoyuquitaTampico, pues en un principio se planteó que el ferrocarril proveniente de San Luis Potosí sólo llegaría a dicho puerto fluvial y de ahí se continuaría en vapores, para de esa manera ahorrarse las complicaciones, gastos y tiempo que implicaría poner los rieles hasta el puerto. Dos meses más tarde, se celebró el contrato entre el general Carlos Pacheco, Secretario de Fomento, en representación del ejecutivo de la Unión, y los CC. Sebastián Camacho y Ramón Guzmán, en representación de la Compañía Limitada del Ferrocarril de San Luis Potosí a Tamaulipas.
Pronto dicha concesión seria traspasada al Ferrocarril Central Mexicano y se cambiaría la ruta original, pues el gobernador potosino Carlos Diez Gutiérrez, a pesar de ser originario de Valle del Maíz, tenía sus intereses al sur de esa municipalidad, por lo en lugar de pasar a través de la huasteca tamaulipeca, la vía pasó por la villa de Valles, que en esa época era un pueblito casi de la misma importancia que su vecino Antiguo Morelos, Tamaulipas. En la década de 1880 hubo varias concesiones para construir líneas ferroviarias en Tamaulipas. Una fue otorgada a Héctor de Castro, promotor del Ferrocarril Tamaulipeco Internacional, que iría de Matamoros a Tampico.
Otra fue la que se construiría de Tampico a Pachuca; otra más del general Pedro Martínez, que iría desde Matamoros hasta Matehuala, y la de Rómulo Cuellar entre Matamoros y San Luis. Por su parte Enrique Vizcaya quiso construir una vía entre Matamoros y Bagdad y Feliciano San Román, un ambicioso proyecto desde Matamoros hasta Guatemala. De todos ellos, ninguno se concretó. Por decreto del 10 de noviembre de 1887, se le concedió a la empresa norteamericana Ferrocarril del Golfo la construcción de una vía ancha que correría desde Treviño, estación del ferrocarril Internacional en Coahuila, hasta Tampico, la cual pasaría por Monterrey y Ciudad Victoria. Las obras de dicha empresa iniciaron el 1 de octubre de 1888.
El 16 de abril de 1890, a las 9:45 de la noche, fue inaugurada la vía férrea Tampico-San Luis Potosí, en lucida ceremonia en la que estuvo presente el Secretario de Fomento federal, general Carlos Pacheco, así como los gobernadores de San Luis Potosí y Chihuahua, así como personal del Ferrocarril Central Mexicano.
A las cinco de la mañana del día 17, la comitiva llegó a Cárdenas, pasando a mediodía por la Estación de Valles; de ahí continuaron su camino y llegaron a las cinco de la tarde al puerto de Tampico, donde se celebró ese acontecimiento con grandes festejos. Con la inauguración de la primera vía ferra en Tamaulipas y San Luis Potosí, se iniciaba un paso importante para terminar con la secular incomunicación de la huasteca potosina, pero por otro lado, se frenaba el crecimiento de la huasteca tamaulipeca, al buscar los comerciantes vías de comunicación más rápidas para sus productos.
La vía del tren de Monterrey al Golfo se hizo poco a poco. El 6 de mayo de 1889 las vías llegaron a Cadereyta; el 27 de julio de 1889 llegaron a Montemorelos y el 4 de enero de 1890 a Linares; población a la que acudió un gran número de comerciantes, particulares y empleados de Ciudad Victoria para de esa manera estar presentes en los festejos de dicho acontecimiento.
El 4 de octubre de 1890, pasó por Victoria la primera locomotora de la División del Golfo llamada “don Patricio”. Los terrenos donde fue edificada la estación fueron donados por el H. Ayuntamiento, según escrituras fechadas el 26 de mayo de 1890. Para enero de 1891 los rieles llegaban ya cinco kilómetros adelante de la Panocha, jurisdicción de Xicoténcatl.
El 21 de octubre de 1890 finalizaron los trabajos de construcción, pues la locomotora arribo a Tampico. En agosto de 1891 el diario nacional “La Voz de México” publicaría en sus páginas que el viaje más corto realizado hasta esa fecha entre Tampico y la Ciudad de México, había sido el que acababa de realizar el carro 1046, que traía 48 cajas con tubos de hierro.
Éste tren del Central Mexicano había salido del puerto el 27 de julio y había llegado a la capital el primero de agosto. A principios de 1891 la prensa nación decía que se calculaba que a principio de 1892 los buques de mayor porte podrían entrar por el rio y hallar abrigo seguro al lado de los muelles del Ferrocarril Central Mexicano y del Ferrocarril del Golfo, por lo que Tampico estaba destinado a ser el gran puerto marítimo de México.
POR MARVIN OSIRIS HUERTA MÁRQUEZ