CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Este 25 de octubre arranca el Festival Internacional de la Costa del Seno Mexicano, con actividades en 31 municipios de Tamaulipas y diversas expresiones artísticas de otros países y estados de la República, además de la participación de creadores tamaulipecos.
Héctor Romero Lecanda, titular del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA), destacó la relevancia de este evento como espacio de encuentro y diálogo cultural.
“Un festival representa una oportunidad de diálogo —en este caso de Tamaulipas con el mundo— a través de expresiones artísticas y culturales que tendremos la oportunidad de ver aquí en la entidad. Es un gran escaparate y escenario para el talento tamaulipeco,” señaló Romero Lecanda.
La meta, explicó, es que en 2025 el festival continúe creciendo, con mayor participación de la sociedad civil y la comunidad artística.
Este año, el festival despliega una programación diversa y accesible para todos, con 38 agrupaciones internacionales y 69 grupos nacionales, sumando más de 370 presentaciones de talento tamaulipeco en todas las disciplinas artísticas. “Es un festival donde todas y cada una de las actividades que se presentan en los 31 municipios y en las diferentes regiones del estado son completamente gratuitas,” enfatizó el titular del ITCA.
La inauguración oficial tendrá lugar en Ciudad Victoria, con la presentación del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, reconocido mundialmente por su estilo que integra las tradiciones y el arte popular mexicano.
A lo largo de la semana, el festival contará con la participación de artistas y agrupaciones provenientes de países como Colombia, Corea, Marruecos y Francia. Las actividades se desarrollarán tanto en recintos cerrados como en plazas, parques, bibliotecas y escuelas, garantizando el acceso al derecho humano de la cultura.
“Esto es muy importante porque debemos reconocer que la cultura es un derecho humano, y nuestra obligación es brindar y ejercer ese derecho. Por ello, el festival es un gran escaparate y una gran oportunidad para promoverlo,” concluyó.
Héctor Romero Lecanda asumió la titularidad del ITCA apenas el 1 de octubre, por lo que el festival es su primera actividad al frente de las políticas culturales del estado.
¿Cómo encontraste la estructura del Instituto?
Encontré un Instituto que, más allá de su infraestructura, cuenta con personas comprometidas, ávidas de participar, trabajar y ser escuchadas. Fue un instituto necesitado de participación y escucha, con gente muy comprometida.
En cuanto a infraestructura cultural, quiero destacar que Tamaulipas es uno de los estados que tiene más y mejor infraestructura en toda la república, y está distribuida estratégicamente en toda la geografía estatal. Alguien podría pensar, por ejemplo, en Nuevo León, pero allí la mayoría de la infraestructura se encuentra concentrada en Monterrey y el área metropolitana. En Tamaulipas, en cambio, tenemos centros culturales construidos y creados en diferentes épocas en varias ciudades, como en Victoria y en el Parque Cultural Reynosa. En la zona fronteriza tenemos dos centros culturales, uno en Nuevo Laredo y otro en Tampico (el Metro), que, aunque no son del estado, cuentan con la colaboración de las alcaldesas, con quienes firmaremos convenios para trabajar en estos centros culturales.
También tenemos en Río Bravo el centro cultural La Sauteña, de carácter municipal, y estamos trabajando en el festival con el teatro de Ciudad Mante, que cuenta también con el antiguo Instituto Regional de Bellas Artes y varias casas de cultura.
Aunque contamos con esta infraestructura, es cierto que se necesita inversión y mantenimiento. Durante los pasados seis años del gobierno anterior, no se destinó ni un solo peso para el mantenimiento de la infraestructura cultural; ni siquiera para arreglar goteras. Sin embargo, desde el año pasado, el gobernador ha estado invirtiendo en estos espacios culturales, y actualmente estamos realizando diagnósticos para saber exactamente qué es lo que necesita cada uno y qué hace falta. A pesar de todo, el estado en que los encontramos no fue el mejor.
Existe una voluntad de fortalecer la infraestructura cultural, pero más allá del edificio en sí, creo que lo más importante es que cada espacio cultural debe cumplir con una vocación cultural propia.
¿Qué te dicen los artistas en estos primeros encuentros? ¿Cuáles son sus peticiones?
Las demandas son variadas, ya que hay artistas jóvenes y otros con mucha experiencia. Sin embargo, más que pedir, la mayoría celebra que se les tome en cuenta y que se les escuche; antes de pedir, dicen: “Aquí estamos, queremos participar”. Lo que más necesitan es diálogo y construcción conjunta.
Por supuesto, he escuchado necesidades específicas. Por ejemplo, en Laredo y Reynosa se quejan de que los costos para presentarse en los teatros son elevados. Vamos a buscar mecanismos para que puedan usar estos espacios. Otros señalan la falta de apoyo para diversas actividades. Estamos recopilando todas estas solicitudes para estructurar un proyecto inclusivo, con convocatorias abiertas que den a todos las mismas oportunidades. La formación es otra demanda constante.
Ahora tenemos la ventaja de que, gracias a la pandemia, hemos aprendido a aprovechar la tecnología, permitiendo que creadores y capacitadores puedan trabajar desde cualquier lugar, incluso de manera virtual. Por supuesto, hay actividades que requieren presencialidad, como la formación escénica, pero para muchas otras disciplinas, usar plataformas es una excelente alternativa. Así, podemos ofrecer talleres de creación literaria, por ejemplo, con escritores que residan en otras regiones o incluso en otros países. Esto permite una formación constante para nuestros creadores.
Las demandas principales son el uso de infraestructura, oportunidades de formación y capacitación. Pero lo más alentador es que están dispuestos a participar y colaborar activamente.
Generalmente, parece que la cultura se ha promovido “del estado hacia afuera” y no “hacia adentro”. ¿Tienes alguna visión sobre la cultura local?
Precisamente, lo más importante ahora es enfocarnos en lo interno, trabajar y construir desde dentro.
Durante muchos años se ha trabajado bajo diferentes enfoques, y es válido aprender de ellos. Hace unas décadas, por ejemplo, existían los institutos regionales de Bellas Artes, que dependían del Instituto Nacional de Bellas Artes y se enfocaban en la formación artística. Posteriormente, esos institutos desaparecieron, y se desvaneció también la idea de un “instituto regional”. Antes, la cultura se concebía desde una perspectiva de bellas artes, dejando de lado expresiones culturales de los pueblos originarios o indígenas. Hoy, buscamos un enfoque más inclusivo y representativo para todas las identidades culturales del estado.
Por Staff
Expreso-La Razón