Con la expectativa de una temporada sin precedentes, los productores locales de cempasúchil, girasol, pomito y mano de león se preparan para un boom en ventas este 1 y 2 de noviembre.
Las lluvias generosas de este año han dado lugar a una cosecha excepcional en cantidad y calidad, lo cual entusiasma tanto a productores como a compradores que se alistan para las celebraciones de Día de Muertos.
Francisco Estrada, un productor con más de 20 años en el cultivo de flores para la temporada, afirma que la lluvia fue una verdadera bendición. “Este año todo estaba triste; no había agua ni en el río, pero Diosito nos ayudó y se vino el agua. Aprovechamos, y eso mejoró el aspecto de las flores. Ahora esperamos una buena venta,” comenta con una sonrisa de satisfacción. Estrada cultiva estas flores en el ejido La Libertad, y, junto a otros cinco productores locales, ha encontrado en estas flores de temporada una alternativa rentable frente a cultivos tradicionales como el maíz y el frijol.
De los campos a los altares
El colorido de las flores ha atraído tanto a escuelas como a florerías de Ciudad Victoria y de municipios como Padilla, San Carlos y Tula. Las escuelas, especialmente, se han convertido en clientes constantes al preparar altares y festivales escolares. Para los productores como Estrada, la demanda es motivo de orgullo y trabajo intenso, movilizando a diez familias del ejido para sembrar, regar y cosechar una hectárea de cempasúchil y otras variedades de temporada.
Un paisaje digno de fotos, pero con cuidado
La belleza de los campos en esta época también ha atraído a decenas de fotógrafos y turistas que desean capturar el vibrante paisaje. Con filas de flores anaranjadas, amarillas y rojas extendiéndose hasta el horizonte, el campo de Estrada es escenario de múltiples sesiones de fotos. Sin embargo, el productor pide a los visitantes actuar con respeto. “Con gusto recibimos a los que vienen a tomar fotos, pero les pedimos que trabajen con cuidado. Hay que recordar que es el esfuerzo de muchos meses y no queremos que las flores se dañen,” explica Estrada.
Un Día de Muertos con raíces y tradiciones florecientes
En cada flor de cempasúchil que llega a los altares, en cada girasol que adorna una ofrenda, la tradición se fortalece, y con ella, el trabajo de las familias que apuestan por mantener viva esta costumbre. Para Francisco Estrada y los productores de la región, esta temporada no solo es una oportunidad económica, sino un motivo de orgullo y esperanza en una tradición que une al pueblo victorense en homenaje a los que ya no están.
Raúl López García
Foto: Jorge Castillo