La promoción de las expresiones artísticas y de la apreciación de la cultura se ha convertido en el centro de la acción del gobierno de Américo Villarreal Anaya, quien a su llegada a la administración estatal decidió que había que rescatar un tradicional festival tamaulipeco.
Así, el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA), bajo un nuevo liderazgo, diseñó un amplio programa de actividades para el Festival Internacional de la Costa del Seno Mexicano, que reúne esta semana a una enorme cantidad de artistas visuales, músicos, escritores, actores, cantantes y grupos que participan en diversas disciplinas artísticas.
En todos los municipios, el Festival impulsado por el gobierno de Américo tiene el apoyo de las administraciones locales, como en la zona conurbada en donde Mónica Villarreal Anaya y Erasmo González Robledo se han convertido en firmes impulsores de esta iniciativa.
Las presentaciones artísticas están programadas para que la gente pueda apreciarlas en espacios como plazas, jardines y edificios públicos, así como en museos, teatros y sitios de reunión popular, en donde las familias pueden ir a disfrutar de la variedad de eventos.
Poner a la cultura en el centro de la acción oficial, para promover una integración completa de las familias tamaulipecas, es un acierto porque hace que la gente voltee a ver lo bueno, lo artístico y lo valioso que tiene Tamaulipas.
En la zona conurbada, decía, los Alcaldes de Tampico y Ciudad Madero destacan por el apoyo que sus gobiernos están dando al ITCA para que la realización de este festival internacional sea un éxito.
Es, también, parte de sus propios planes de gobierno para acercar a la gente diversas opciones de esparcimiento y fortalecimiento de los vínculos familiares, mediante la convivencia.
Por ejemplo, Mónica ha estado presente en los principales eventos artísticos y culturales que se han realizado en el Teatro Metropolitano, en el Jardín de las Artes, en la Galería del Paseo de la Cortadura y en el Museo de la Ciudad, en donde ha destacado la colaboración del gobierno porteño con el estatal en estas tareas.
En cuanto a Erasmo, el Alcalde maderense ha alternado bastante bien su asistencia a los actos inaugurales del Festival Internacional de la Costa del Seno Mexicano con eventos organizados por el Ayuntamiento, para complementar la oferta artística y cultural para las familias de esa ciudad.
DEL “PEMEXGATE” AL NUEVO CHARRISMO SINDICAL OFICIALISTA
El sindicato de trabajadores petroleros es uno de los mejores ejemplos de lo que es la nueva corriente del corporativismo oficialista en tiempos de la Cuatroté: Su dirigente nacional Ricardo Aldana Prieto pasó de ser uno de los dos principales sospechosos de aquel escándalo llamado “Pemexgate”, a ferviente apoyador morenista.
Aldana estuvo ayer en Ciudad Madero, en donde rememorando los viejos tiempos del priísmo rancio que representa -porque sigue siendo priísta-, llenó un recinto sindical con trabajadores de la paraestatal y se organizó un acto de apoyo con los secretarios generales de todas las secciones de esa organización.
En la nueva dinámica que prevalece en el escenario político del país, con la cimentación de un régimen distinto al que se impuso en el país en los últimos 30 años, el sindicato petrolero es parte fundamental por la cantidad de afiliados y su riqueza a partir de los recursos que maneja, así como por el control político que ejerce.
Para la Cuatroté, que requiere de apoyos políticos para afianzar la hegemonía de Morena y del grupo empoderado por el compañero Andrés Manuel, tener de su lado -sometido o no- al sindicato petrolero, es una ventaja.
Mientras la Presidenta Sheinbaum no tome el control totalmente, Aldana y sus incondicionales son un mal necesario.
El charrismo sindical fue una característica de la mayoría de las organizaciones obreras en la época posrevolucionaria, en la que el PRI utilizó a dirigentes serviles en los sindicatos, para el control corporativo a cambio de jugosos beneficios para ellos y sus allegados. Lo que parecía extinto, cobró fuerza de nuevo.
El acto de ayer de Ricardo Aldana confirma que las cosas no han cambiado y que a pesar de la mancha indeleble de su participación en el “Pemexgate” hace más de 20 años, en el nuevo régimen lo siguen considerando un aliado para mantener bajo control a los trabajadores de la paraestatal.
¿Cómo se explica una transformación así en un personaje como Aldana? Simple, en el proceso de consolidación de las nuevas fuerzas políticas, en las negociaciones para obtener apoyos se ha impuesto el pragmatismo y de esta manera, los sospechosos de ayer son los protagonistas de hoy.
El dirigente sindical quiere reelegirse para otro período que abarcaría de 2025 a 2030, lo que le permitiría trascender los dos sexenios de la Cuatroté.
Lo absurdo es que el movimiento fincó su crecimiento político con base en una narrativa en la que el compañero Andrés Manuel propuso combatir y terminar con los viejos vicios de la política en México, incluyendo el charrismo sindical y el comportamiento ventajoso de los dirigentes de organizaciones obreras.
Como es de esperarse, el intento de reelección de Aldana no está libre de resistencias de grupos de trabajadores que consideran urgente un cambio profundo, para limpiar el sindicado petrolero de todas esas prácticas que le han creado una imagen poco fiable a la organización, en la que sí hay obreros honestos y comprometidos con el desarrollo de la petrolera mexicana.
ESCOTILLA
En cinco días, cerca de 400 personas fueron asesinadas en el México que dejó hace menos de un mes el compañero Andrés Manuel.
De acuerdo con cifras oficiales, el número de homicidios dolosos sigue aumentando, la violencia continúa desbordada en todo el país, con especial énfasis en los estados en los cuales los delincuentes no dan tregua a sus rivales.
En medio de todo esto, los ciudadanos, los pequeños y medianos comerciantes y los empresarios grandes están atrapados por la pasividad del nuevo gobierno federal que no atina a desarticular a esos grupos criminales.
Parece que los abrazos siguen siendo el método utilizado para enfrentar el problema heredado por López Obrador.
Por. Tomás Briones