Tras la debacle que sufrieron el PAN, el PRI y el PRD en los comicios de Tamaulipas del 2022, cuando perdieron la gubernatura, y luego de 2024, el futuro político de Morena en Tamaulipas se ha tornado promisorio de cara a la elección estatal de 2027.
El partido de la 4T luce tan fuerte y la oposición tan debilitada, que, parece que los candidatos morenistas no tendrán rivales competitivos en la próxima disputa de los ayuntamientos y asientos legislativos de la entidad.
Hay que aclarar, no obstante, que no fue solo el creciente arrastre del partido guinda el que acabó con los adversarios, sino sus propios jerarcas y gobernantes. Egidio Torre aniquiló al tricolor, García Cabeza de Vaca hizo lo mismo con Acción Nacional y el Sol Azteca se hundió por aliarse al PRIAN.
Como consecuencia, el panismo, desarticulado, perdió competitividad y el priismo lucha por no disolverse.
Los incondicionales de Cabeza de Vaca, Luis René Cantú, Ismael García, Rosario González, Gerardo Peña y Carlos García, carecen de liderazgo, no lo tienen ni para recuperar el terreno político perdido, apenas les alcanza para evitar el riesgo de una eventual la pérdida de registro partidista.
Un ejemplo de la gravedad en la que se debate el partido de Gómez Morín es que en la elección estatal no pudo llevar al congreso local a ningún diputado de mayoría, el único panista que llegó por ese principio, Pepe Schekaibán, no pertenece al clan cabecista sino del ex alcalde de Tampico, Chucho Nader.
Y el PRI, apenas cuenta con una curul.
El desastre es evidente: en la mayoría de los municipios y distritos electorales el albiceleste fue borrado del mapa y no se tiene idea cómo le hará, no para ganar, sino al menos para competir y salvar el honor.
A excepción de Tampico, municipio en el que, gracias al respaldo empresarial y al voto duro de las colonias residenciales, aún abriga la esperanza de resurgir.
Ese es el escenario en el que tendrá lugar este domingo la elección del presidente nacional que relevara en el cargo a Marko Cortés, quien ha sido calificado por los propios militantes como el peor dirigente que ha tenido la agrupación.
El malestar contra la actual dirigencia es tan acentuado que, como advierte la columna política de Manuel Díaz, difundida el fin de semana por los propios panistas maderenses, el grupo de Jorge Romero, el favorito para ganar el proceso interno a Adriana Dávila, está conformado por elementos que se han visto envueltos en escándalos de corrupción y traiciones.
Tal es el caso, dice, de Juan Carlos Terrazas, que se agandalló de candidaturas para los cuates, Max Cortázar, asesor del fracaso de la excandidata presidencial, Xóchitl Gálvez, Ricardo Anaya, quien después de dejar en la presidencia del CEN a Marko Cortés emigró seis años a Estados Unidos para evitar problemas legales, Amando Tejeda, que dejó sin representantes el 60 por ciento de las casillas del país, Luis Mendoza, alcalde de la Benito Juárez, cuyo hermano enfrenta acusaciones que lo vinculan el cártel inmobiliario.
Igual que Eduardo Rivera, al acusan de un desfalco al erario a su paso por la alcaldía de Puebla y Luis Serrato, que huyó de sonora por acusaciones de corrupto promovidas por la propia gobernadora, Maru Campos. entre otros.
Señalamientos que todo indica que le van a restar muchos votos al candidato de Cortés y compañía.
PRESENTAN LEY DE INGRESOS
El cabildo de Madero, que preside el alcalde Erasmo González, por otra parte, presentó al presidente del congreso, Humberto Prieto Herrera, el proyecto de ley de ingresos para el ejercicio fiscal 2025 que asciende a 912 millones 973 mil pesos, que tiene un incremento del tres por ciento respecto a la del año anterior, para su evaluación y aprobación, en su caso.
El jefe edilicio comentó que se trata de una propuesta responsable “y vamos a hacer todo lo posible para alcanzar la meta de ingresos…y con las expectativas de generar prosperidad para todos”, expresó el munícipe.
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