La reacción sufre enfermedad terminal, y qué bueno. Lo demuestra la reciente elección de la dirigencia panista que apenas dio para que el desprestigiado Jorge Romero Herrera tome el mando en medio de enredos internos donde el principal culpable resulta Marko Cortés. En este sentido el partido azul es víctima de su propio laberinto. Y todo por la voracidad del grupito convertido en virtual sepulturero de lo que fue orgullosa oposición.
El PAN carece de autoridad moral y no existe señal alguna de que supere la negativa imagen y menos teniendo al frente a alguien cuya fama pública tiene que ver con la corrupción derivada de los manejos del cártel inmobiliario descubierto e investigado en la alcaldía Benito Juárez. Sus partidarios lo saben, bien que lo saben. Y es que lo poco rescatable se perdió al participar junto al PRI y al PRD en un proceso donde a esta alianza maldita le fue imposible surgir de las profundidades del drenaje mal oliente en el que desde hace tiempo navega. Y ni modo que sea invento.
La oposición agoniza digo. Otra evidencia es la permanencia de Alejandro Moreno Cárdenas como presidente del tricolor lo cual significa que dicha organización va en caída libre sin red protectora. El PRI no tiene futuro y en tales afanes compite con el PAN. Del PRD hay poco que decir, salvo que la ignominia lo condujo a la autodestrucción sin excusa ni pretexto. Ahora duerme en fría tumba abandonado por los verdugos que lo utilizaron como tabla de salvación en el mar embravecido de sus pasiones y venganzas.
Hasta aquí vamos bien. Usted preguntará, “¿y qué con Morena?”. Bueno, como partido oficial enfrenta el compromiso de fortalecer las acciones de gobierno. Disculpe, pero el columnista considera que Luisa María Alcalde debiera tomar con seriedad su papel, sea que no le ganen sus ímpetus generacionales queriéndose tragar al mundo de un bocado. Ha de ser emocionante caer en las tentaciones del poder, pero ojo que presente y futuro de la nación están en riesgo.
Morena está obligado a ser consecuente con el esfuerzo transformador. Es la vía para ganar elecciones, pero AMLO que fue su mayor inspiración, ya no está y a doña Claudia le falta tiempo para ocuparse de su partido. Cierto es que los programas sociales garantizan de alguna forma preferencias colectivas, sin embargo, complemento sería el carisma del que carece la ex secretaria de Gobernación. No basta el empoderamiento femenil que ahora mismo llega a la euforia; falta humildad y modestia para mejor entender y participar en el momento histórico que vive la república.
Las provocaciones triunfalistas pueden conducir a frustraciones que no merece la mayoría mexica. El ejemplo del PRI que pareció hecho para toda la vida, sirve al menos para permanecer en la realidad. Hay que aprovechar la debilidad opositora para construir auténticos liderazgos y no alimentar caprichos de alto costo para la credibilidad del nuevo proyecto de nación. He dicho.
SUCEDE QUE
En verdad estoy apenado. En la última colaboración, respecto del daño que causaría el forzado regreso de millones de migrantes, en lugar de deportación escribí “extradición” lo cual nada tiene que ver con la heroica estancia del paisanaje en EU. Disculpas mil por esta aberración imputable al cambio de tiempo, pero del que llevo encima…Por otra parte, en Tamaulipas una pregunta recorre caminos, veredas y brechas: ¿Quién chingaos es Marcos Zurivi Rivera el que en singular sorpresa sustituyó a Yuriria Iturbe Vázquez en la dirigencia morenista?. Ojo que los adversarios encabezados por ya saben quién, no descansan buscando la forma y manera de rescatar el paraíso perdido.
Y hasta la próxima.
Por. Max Ávila