La elección de Donald Trump y los personajes que integrarán su gabinete configuran un escenario complejo para México, especialmente en temas migratorios, comerciales y de seguridad.
Las nominaciones de figuras como Michael Waltz en Seguridad Nacional, Marco Rubio en el Departamento de Estado y Elon Musk al frente de la “eficiencia gubernamental” proyectan una dinámica que podría amenazar con desmantelar importantes acuerdos bilaterales y reinstalar la retórica antiinmigrante que caracterizó su primera administración.
Estos tres personajes han mostrado, en distintos momentos, una postura dura contra México, con un énfasis en el control migratorio y la contención de actividades comerciales que afectan los intereses de Estados Unidos.
La incorporación de Michael Waltz, veterano y congresista de Florida conocido por su visión de seguridad estricta y enfoque militarista, genera preocupación en el entorno mexicano y en la frontera sur de Estados Unidos.
Waltz ha manifestado, sin rodeos, su intención de “blindar” la frontera, no solo contra el flujo migratorio, sino contra lo que él llama “la infiltración de grupos delictivos”.
Bajo su asesoría, es probable que resurjan políticas como el despliegue militar fronterizo y el impulso a medidas tecnológicas de vigilancia. Su visión contrasta notablemente con los enfoques de cooperación bilateral que se habían desarrollado en los últimos años y amenaza con reducir el papel de México a un “baluarte fronterizo”, en lugar de un socio estratégico.
Marco Rubio, posible secretario de Estado, promete un regreso al discurso de confrontación que Trump mantuvo en su primer mandato. Su elección enviaría una señal clara sobre la intención de Estados Unidos de priorizar una agenda centrada en el control migratorio y el endurecimiento de sanciones hacia países que, según él, “no colaboren” en la contención de migrantes.
Rubio, cubanoamericano y senador de Florida, ha sido uno de los mayores defensores de una postura “dura” contra la inmigración ilegal y las relaciones exteriores de carácter asertivo, y se espera que su influencia en el Departamento de Estado impulse restricciones migratorias más severas para quienes buscan cruzar la frontera. Además, Rubio ha cuestionado en repetidas ocasiones los efectos de la cooperación en seguridad, argumentando que esta depende más de la voluntad estadounidense que de cualquier acuerdo.
La llegada de Elon Musk al frente de la “eficiencia gubernamental” es quizás la designación más desconcertante de todas. Reconocido empresario y fundador de compañías tecnológicas, Musk ha sido un crítico abierto del flujo migratorio y la competencia laboral que representa para la industria de manufactura en Estados Unidos. Su misión será “optimizar” los recursos federales y podría introducir cambios importantes en el sistema migratorio, la política energética y los esquemas de comercio internacional, afectando industrias estratégicas para México. Bajo su influencia, temas como la renegociación del T-MEC, el endurecimiento de regulaciones laborales y ambientales, y la revisión de tarifas energéticas podrían resurgir.
Las alertas por lo pronto, ya están encendidas en la frontera tamaulipeca, donde cualquier cambio en la política migratoria, comercial o de seguridad en Estados Unidos, puede desencadenar una nueva crisis.
Por. Miguel Domínguez Flores