Ante la posibilidad de que el presidente electo Trump implemente políticas comerciales más restrictivas hacia México, es crucial que el país se prepare con acciones estratégicas que refuercen su economía y le permitan hacer frente a estos posibles cambios.
La relación comercial con Estados Unidos es fundamental para México, pero también representa una alta dependencia. Una de las primeras acciones debería ser diversificar los mercados de exportación. Aprovechar tratados y acuerdos comerciales existentes con otras regiones del mundo permitiría abrir nuevas oportunidades. Esta diversificación haría que México sea menos vulnerable a cambios en las políticas estadounidenses y más competitivo en el escenario global.
Actualmente, gran parte de los productos que México exporta pertenecen a sectores de manufactura básica. Sin embargo, para reducir la dependencia de productos sensibles a barreras comerciales, México podría enfocarse en fortalecer su capacidad de innovación y tecnología. Invertir en investigación, desarrollo e industrias de alto valor agregado como la tecnología y la manufactura avanzada ayudaría a crear una oferta de exportación más sólida, diversificada y resistente a cambios en las políticas arancelarias. También es fundamental invertir en el desarrollo de talento, promoviendo una mano de obra más capacitada que contribuya al crecimiento del país en sectores estratégicos.
Otra estrategia que México podría implementar es apostar por sectores emergentes y sostenibles, como las energías renovables y la tecnología verde. Estos sectores están en constante crecimiento y podrían ofrecer oportunidades de empleo y desarrollo económico.
La posibilidad de que Trump aplique aranceles genera incertidumbre en los mercados, lo que puede afectar al tipo de cambio y a la inflación. El Banco de México debe responder de manera ágil ante estos cambios, fortaleciendo las reservas internacionales y ajustando la política monetaria. Esto ayudaría a mitigar el impacto de una depreciación del peso y protegería el poder adquisitivo.
México puede establecer una diplomacia económica proactiva con el fin de suavizar posibles políticas comerciales restrictivas en Estados Unidos. Esto incluiría mantener un diálogo abierto con sectores clave de la economía estadounidense que dependen del comercio con México, como el automotriz y el agrícola, destacando los beneficios de la cooperación económica entre ambos países.
El desarrollo de un mercado interno sólido también debe ser prioridad. Apoyar a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y promover el consumo interno es una estrategia que ayudaría a México a reducir su dependencia de los mercados externos. Un mercado interno robusto y dinámico permitiría que la economía mexicana sea más resiliente y menos vulnerable a factores externos. Usted ¿qué piensa?
Por. Jorge Alberto Pérez Cruz