CIUDAD VICTORIA, TAM.- A pesar de ese paisaje que nos hace temblar por sus calles de colores perdidos se alzan también espacios que contribuyen a descansar nuestra mirada en el trabuco de construcciones y en la recuperación de sectores aislados que dan vida y belleza, sus arboles, el follaje entrañable de las vecindades que en el centro histórico paso a paso se recuperan.
El ambulantaje sin embargo es una invasión incontrolable que si bien contribuye a una economía de lo marginal crea adefesios gratuitos inamovibles pues quedan en las noches como carruajes de triques abandonados.
Parece un desorden sin soluciones desde la invasión de la Calle de Hidalgo hasta el remate grotesco de la vendimia diaria en la plazoleta del 17 y 16 Hidalgo donde el tianguis de pequeños comederos han convertido a ese espacio en un tiradera de basura nocturna. en un sitio que podría ser un espacio de belleza si se metiera al orden el desfile de puestos.
Sin duda son parte de la ciudad en su colorido pero reste implica la limpieza y las obligaciones de los comerciantes ambulantes en mantener el espacio con limpieza para beneficio de todos.
El redondel de comerciantes de la Plaza Juárez es un caso sin remedio, los carruajes son un colorido pintoresco y refresca la mirada y el bolsillo, pero no es indefendible el abandonó de los carretones al final de la jornada, y en algunos casis son sitios para el escondite furtivo.
Pero la ciudad sigue viva, aun conserva los tintes de provincia, en sus calles de cuadricula colonial que la hacen fácil de transitar.
Los vecinos tal vez ni conozcan los nombres de las calles pero saben de estas por sus números seriados con los que identificamos los sectores. Pero hay espacio muertos, como el antiguo edificio del Cine Avenida de los Suleiman Chagnon, espacio que debe ser tomado por el ayuntamiento como un área de actividades culturales y rescatarlo de su olvido. Si bien es cierto que los habitantes cada día toman conciencia del valor de nuestras viejas casonas como lo hemos vusto en ciertas arreas de nuestra ciudad hay espacios muertos que contribuyen a la fealdad y al azote de los vagos y el vandalismos de estos espacios, que otrora fueron señoriales. La ciudad ciertamente luce la ingratitud y el olvido de quienes están obligados por derecho a conservarla en su calidad de vida. Nos salva su paisaje interior, las arboledas de sus patios y la conciencia de quienes admiran y quieren a esta ciudad de sillares y ladrillos que multiplican nuestros sueños de la antigua ciudad bonita, la Ciudad de los Buenos Días como le llamaba cariñosamente Carlos Adrián Avilés.
La ciudad no solo es su centro histórico, también la cordillera que levanta sus cejas de asombro a nuestra mirada en el paisaje cotidiano de sus comedoras en la Carretera Inter Ejidal, Los Troncones. Altas Cumbres, sitios de bonanza y de un turismo dominguero que alienta la frescura y belleza de la ciudad.
Estos sitios son ahora un remanso de alegría, bellezas y paz, donde se conjunta el buen comer con el deporte andariego y el contemplar el paisaje como una de la formas mas saludables de gozar a nuestra ciudad y su alternancia natural.
Sin duda alguna esperamos cosas mejores, pero no podemos vivir de la esperanza, como ciudadanos debemos de pugnar por el mejoramiento de sus calles, por mejor iluminación y mobiliario urbano en nuestras plazas y jardines. La Concha Acústica nunca lo fue, y el abandono es total, creando un sitio estático otrora espacios para el disfrute del patinaje y la diversión de los niños y jóvenes.
Este bello sitio requiere de su recuperación con la visión de un paisaje cotidiano en sus jardines y reforestación de los arboles nativos. La reciente llegada del agua al Rio San Marcos nos ofrece una visión de lo que fue en belleza ese lindero de nuestra ciudad.
Pero hace falta fortalecer el alumbrado publico y reparación de las banquetas, también la belleza es un escudo contra la inseguridad, y hace fasta tomar las riendas por mejores servicios urbanos, que también corresponde al mejoramiento del horripilante transporte urbano.
El arre recupera también espacios, existe la necesidad de abrir talleres de arre dominicales, asociaos para la expresión de nuestros artistas en un Jardín den Arte.
El Paseo Méndez es un sitio ideal para un Jardín del Arte. que contribuirá en mucha a Libre 17 como una via de alegría, seguridad y diversión autentica al alcance de todos.
En reciente exposición en el Centro Cultural Tamaulipas, en su atrio, pude admirar obras de artistas que empujan fuerte por su calidad expresiva y que son marco también de esta ventana de nuestra querida Ciudad Victoria. Doy aquí un ejemplos.
POR ALEJANDRO ROSALES LUGO