CIUDAD VICTORIA, TAM.- La mañana tranquila y soleada se vio de pronto sacudida por el chirriar de llantas y un golpe metálico con cristales rotos. Un automovilista trajeado desciende de su unidad, la cual circulaba por la calle 10 y se enfrenta a un señor de la tercera edad que conducía por la de Hidalgo una camioneta Ranger ya viejona. – ¡Ya ni chinga! ¿Porqué se atravesó? – inquirió el encorbatado – ¡Ah no! usted se pasó el alto, mire ahí está el señalamiento… – dijo el ‘don’. Un micro de los naranjas empieza a sonar la bocina y un embotellamiento en la calle 10 se empieza a formar.
Algunos transeúntes embriagados por el morbo se detienen a ver el espectáculo, así como varias personas que retiraban efectivo en los cajeros de un banco ubicado en la esquina. – No, pero esta calle es de ‘uno por uno’, y ya me tocaba a mi pasar – volvió a reclamar el hombre bien vestido – ¿Qué es eso del uno por uno? – respondió el anciano quitándose la gorra – ¡Pues eso! pasa uno y luego el otro ¿De dónde es usted? – ¡De Tula! ¿pero eso qué tiene que ver? ¡Usted me tiene que pagar los daños! – Aquí en Victoria usamos el uno por uno, si no sabe conducir ¡no venga a Victoria! – Pues yo fui chofer de autobuses Oriente muchos años y sé muy bien que si ahí dice “ALTO” usted se tiene que detener… es lo que dice el reglamento joven! – gritó el señor de la tercera edad ya enojado mientras su esposa trataba de calmarlo.
La patrulla con los peritos de tránsito llegó en contra ruta por la Hidalgo desde la calle 11 porque ambos accesos ya estaban taponeados. Al evaluar la situación, el uniformado le dio la razón al abuelo: el conductor que circulaba por la calle 10 omitió el alto correspondiente y provocó el percance. Punto. Este peculiar hecho, ha pasado en ocasiones anteriores en otros puntos como el 6 Hidalgo y el 9 Olivia Ramírez.
La regla del ‘uno por uno’ viene de muchas décadas atrás, cuando el parque vehicular de la capital tamaulipeca llegaba a unos cuantos cientos de automóviles. En pleno 2024, el número de unidades motrices que recorren Ciudad Victoria es prácticamente descomunal.
“Se estima que por cada familia puede haber hasta dos o tres vehículos, la cantidad de autos se ha multiplicado enormemente en las últimas tres décadas” opina uno de los peritos de la delegación de tránsito local. Si bien la regla del ‘uno por uno’ en teoría podría parecer positiva, la verdad es que actualmente con la cantidad exagerada de autos que circulan por las arterias de la capital puede convertirse en una mala idea, ya que fue algo que se creó basado en la cortesía y la buena cultura vial, cosas que actualmente escasean entre la población.
Otra problemática que existe entre automovilistas es cuando uno de ellos omite alto y quien tenía preferencia da el volantazo para evitar chocar y termina estrellándose contra alguna unidad estacionada o la fachada de una vivienda; resulta que quien ignoró el señalamiento queda libre responsabilidad pues a exigencia de los ajustadores de seguros no se puede comprobar que “hubo contacto” y quien al ser ‘ciscado’ por el que se atravesó y acabó chocando, es señalado de haber hecho “una maniobra anticipada”
Esta situación ha derivado en que muchos conductores terminen ‘pagando el pato’ por tratar de salvar su vida y de paso tener que desembolsar miles y miles de pesos en daños propios y ajenos. Pero ¿Qué es lo que se puede hacer para evitar verse involucrado en un percance como este? A decir del perito vial, la solución es muy simple: conducir a la defensiva.
“Conducir a la defensiva no es otra cosa que cumplir con el reglamento de tránsito, no sobrepasar los límites de velocidad (30 km/h) y respetar los señalamientos, usar el cinturón de seguridad y en la medida de lo posible actuar con instinto de supervivencia, es decir no arriesgarse innecesariamente, no tratar de ganarle a la luz amarilla, no manejar alcoholizado, etc” comenta el experto.
Es probable que la muy próxima temporada de fiestas decembrinas con su respectiva alza de consumo de alcohol, y la euforia del flujo de dinero empujado por los aguinaldos, provoque un incremento en los percances viales.
Si va a andar de pata de perro conduzca con cuidado y si tiene planeado empinar el codo hasta ponerse hasta el occipucio, pues agénciese un conductor designado o pague un Uber o Didi, ¡y arreglado Matamoros!
POR JORGE ZAMORA