CIUDAD VICTORIA, TAM.- La temporada de ciclones y huracanes 2024 en el Atlántico llegará a su fin este próximo sabado 30 de noviembre, marcando el cierre de un periodo que, a pesar de la intensidad de algunos fenómenos, resultó en beneficios para el Estado de Tamaulipas.
Entre junio y noviembre, la entidad recibió una gran cantidad de lluvias muy significativas, iniciando con el primer ciclón de la temporada: «Alberto», para después continuar con otras depresiones tropicales qué aunque causaron algunos contratiempos, también fueron clave para mejorar las condiciones agrícolas y el abastecimiento de agua en la región.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la temporada de ciclones 2024 hasta el momento, ha sido hiperactiva, con 18 ciclones a hoy día donde 11 de estos evolucionaron a huracanes entre categorías 1 a 5.
Sin embargo, el impacto directo de huracanes en Tamaulipas no fue tal y como se esperaba, aunque las lluvias asociadas con estos fenómenos sí dejaron su huella, especialmente durante los meses de junio a septiembre.
En particular, la presencia de ciclones como «Alberto», la perturbacion tropical 96L y la tormenta tropical «Chris» trajeron lluvias intensas que, si bien ocasionaron inundaciones y afectaciones en algunas zonas bajas de la entidad, también tuvieron efectos positivos.
Y es que la recuperación de los niveles de los embalses fue una de las principales ventajas, al igual que el aumento en la humedad del suelo, lo que benefició la agricultura, una de las principales actividades económicas de Tamaulipas.
Los productores de cultivos como el maíz, sorgo, otro tipo de cultivos, vieron un incremento en sus rendimientos debido a la abundante lluvia.
Además, las precipitaciones favorecieron la recarga de acuíferos, lo que es crucial en una región que enfrenta desafíos en cuanto a la disponibilidad de agua potable.
En varias ciudades, las autoridades reportaron una mejora en el abastecimiento de agua, lo que alivió la presión sobre los sistemas de distribución, especialmente en áreas rurales.
Por otro lado, los daños a la infraestructura también se presentaron dejando incomunicados a diferentes comunidades rurales, ocasionando grietas en el suelo qué dañaron viviendas y carreteras en el municipio de Tula, vialidades con gran cantidad de baches y otros efectos negativos a causa de la gran cantidad de agua registrada.
Aunque algunas viviendas, puentes y carreteras sufrieron afectaciones, las autoridades locales implementaron medidas preventivas que ayudaron a mitigar el impacto. Las labores de limpieza y desazolve de ríos y drenajes, junto con los programas de alerta temprana, también contribuyeron a reducir los riesgos asociados a las lluvias.
De cara a la temporada 2025, expertos meteorológicos recomiendan a la población mantenerse alerta y continuar con las prácticas preventivas.
Aunque los efectos de la temporada de ciclones de este año fueron, en su mayoría, favorables para Tamaulipas, siempre existe la posibilidad de fenómenos más intensos en el futuro, por lo que la preparación y la resiliencia siguen siendo esenciales.
En conclusión, la temporada de ciclones y huracanes 2024, que oficialmente concluye este fin de semana, dejó a Tamaulipas con una mezcla de retos y beneficios.
Mientras que las lluvias intensas causaron estragos en algunas zonas, también trajeron consigo mejoras en los recursos hídricos y las cosechas, lo que permitió al estado afrontar el fin de año con mejores perspectivas en varios sectores.
Por Antonio H. Mandujano