De pronto ves todos los vatillos y morrillas iguales. Cortados con la misma tijera. Saludan igual. Caminan con el mismo tumbao. Usan tenis de marca, aunque no sean originales. Con paciencia se sabe que los productos en su viaje de Nueva York al tianguis de la Paz son cuestión de tiempo.
La moda termina por invadir todas las esferas sociales hasta que es sustituida por otra mediante sublimes estrategias. Ya sea con algoritmos en Internet, desfiles en pasarelas de guapas y guapos en París. O en la greña y vestimenta que se les impone a grandes artistas de la farándula.
Claro, hace no muchos años la moda se estableció entre la clase pudiente o encumbrada y era exclusiva, todavía lo es de cierta manera, no obstante iba por gerarquia económica. Hasta el siglo pasado muchas riquillas de Victoria llegaban a la moda mediante catálogos, copiaba el diseño y mi tía les hacía la confección de tan hermosos vestidos de París.
Sin embargo lejos quedaron los pantalones acampanados de la secundaria, los bigotes de Charles Chaplin o los de Emiliano Zapata, los zapatos Suecos de corcho, el sombrero de copa, el vestido de ellas con crinolina y faja.
La ropa tal como un día fue Jordache o Sergio Valente, hoy son deportiva Jordan, Nike de la cabeza a los pies, Adidas, Chain, Gucci, Aeropostale, Louis Viuton, Zara, Prada, Burberri, en fin. El pelo es desvanecido y desvelado, con fleco al frente, y rapado en la nuca, los cholos igual pero camisa larga, pantalones abajo de la nalga o como Santa Fe Clan, amarrados con un mecate. Los pantalones antes strech ahora son flojos.
En Mercado libre encuentra las mejores ofertas compitiendo con el libre mercado, el mercado Argüelles, el centro comercial, con los Tianguis, como el de la modelo y el de la Paz y «pásele, le cambio esta pijama por unos chicharrones, antes de que se acaben, después de la una regalamos lo que nos sobre».
En la era del consumo, en los últimos 50 años se ha multiplicado el comercio de todo género o giro. Nuestros ancestros no usaban perfume, los aztecas se bañaban a diario igual que nuestros padres, pero nada más. El perfume es lo de hoy y los hay lavandas, de maderas, de flores, es decir, productos de origen vegetal, animal y sintético, mediante fijador en alcohol, agua destilada o en aceite. Y pensar que antes un chorro de limón o bicarbonato eran suficientes.
Ocurre lo mismo con el pelo y el gel de moco de gorila u otro más fino para petrificar el cabello, volverse punk de un momento a otro y dejarlo como un casco de piedra. Mas allá de nuestro cinto pitiado, los cinturones de vestir llegan a costar un ojo de la cara.
En el exclusivo mundo de la moda, el lujo alcanza niveles insospechados con el cinturón Gucci diseñado por el renombrado Stuart Hughes, responsable de las creaciones más ostentosas que combinan materiales preciosos y diseño visionario. Este cinturón no es simplemente un accesorio, es una declaración de opulencia y sofisticación. Reconocido como una obra maestra de la moda, su existencia ha cautivado a celebridades, diseñadores y amantes del lujo en todo el mundo. Tiene un costo de 169 mil Euros, por si estaban con el pendiente.
En los 70s se puso de moda el reloj digital Cassio y sin embargo no pudo competir en precio con el Rolex cuyos precios estremecen al mundo con solo imaginarlo. Los hay para ricos y para multimillonarios.
¿Vas a cumplir una cita con el destino y tienes que vestir al último grito? Nada de que de la moda lo que te acomoda, te tienes que ver como el modelo que se hizo viral en la red del Tik tok. Hay cursos para caminar correctamente y así conquistar al hombre más rico o a la mujer más bonita según sea el género.
HASTA PRONTO
POR RIGOBERTO HERNÁNDEZ GUEVARA