TAMPICO, TAMAULIPAS.- Uno de los primeros contactos del ejército de ocupación francés con nuestra entidad, ocurrió el 23 de agosto de 1862, pues ante la necesidad de sus tropas de contar con animales de carga, desembarcaron en Tampico mil hombres al mando del coronel Canorgue; quien embarcó mil mulas que les ofreció el conservador Florentino López. Estos hombres se encontraban bajo el mando del contralmirante Jean Pierre Edmon Jurier de la Graviere.
Al gobernador Juan B. Traconis lo sucedería en el cargo y en la comandancia militar de Tamaulipas, el general Albino López; quien tenía instrucciones de restablecer el orden legal, solo que el ambiente local era poco favorable, mientras que en el ámbito externo la intervención francesa amenazaba con incidir en nuestra entidad.
Por lo tanto, Juárez acordó mantener el estado de sitio, pero sugirió a López que se trasladara a Victoria, donde podría controlar mejor la entidad.
EL BREVE GOBIERNO DE ALBINO LÓPEZ
Horas después de ser nombrado gobernador, Albino López se dirigió a las guardias nacionales y pueblos del Estado, informándoles sobre su designación e invitándolos a desarrollar la unión de los hijos de Tamaulipas.
López no se mudó a la capital, pero a fin de mejorar la administración local y considerando la necesidad de utilizar todos los elementos para que se atendiera la guerra extranjera, decidió crear el 29 de octubre de 1862, un Cuarto Distrito político con el nombre de Distrito de Tula. Este se compondría de la municipalidad del mismo nombre y de las de Palmillas, Jaumave, Bustamante, Miquihuana, Santa
Bárbara, Antiguo Morelos y Nuevo Morelos.
El desacato al presidente y los problemas que tuvo con los jefes recién nombrados, hizo que Benito Juárez removiera de su cargo a don Albino López.
TAMPICO FUE DE LAS PRIMERAS CIUDADES TAMAULIPECAS EN CAER
El 3 de octubre, el ayuntamiento de Tampico desconoció la autoridad que ejercía en esa ciudad el general Demetrio Chavero, y así lo hiso saber posteriormente a las autoridades de los demás municipios del Distrito Sur.
En ese sentido, se recibió todo el apoyo por parte de don Feliciano Espriella y de don Zeferino Morales, presidentes municipales de Santa Bárbara y Xicoténcatl respectivamente.
Los “franchutes” tomaron Tampico sin resistencia, el 22 de noviembre de 1862, debido a la evacuación del general Desiderio Pavón, siendo recibidos por un puñado de extranjeros adeptos al proyecto del Imperio. El coronel Rafael Garza, quien se encontraba en el puerto, recibió órdenes de marchar a Victoria, donde se reconcentrarían todas las fuerzas del Estado.
En las siguientes horas Juan José de la Garza sería nombrado general en jefe de las fuerzas de Tamaulipas, situándose en Altamira para contener la cabeza de playa enemiga. De la Garza recibió el apoyo de Desiderio Pavón, al igual que de Pedro J. Méndez, quien capturo en el rio Tamesí un vapor francés e intercepto una partida de centenares de mulas cerca de Tancaxne que que iban rumbo al puerto.
LA GUERRILLA DE PEDRO MÉNDEZ TOMÓ UN VAPOR
Sobre este episodio del barco El Blanco, uno de los pocos actos de ese tipo en el país, un subalterno de Méndez escribiría cuarenta años después en el periódico El Progresista, de Ciudad Victoria:
“[…] y después de un reñido combate de fusilería y artillería que principio como a las cinco de la tarde, ya entrada la noche, la artillería republicana echó a pique a metrallazos el gran vapor Blanco que ocupaban los franceses y traidores, obligándolos a retirarse rumbo a Veracruz en las pequeñas embarcaciones que a remolque traía el vapor.”
En diversos pueblos de la entidad se aprestaban para defender el suelo patrio.
En Tula los vecinos invitaron a don Enrique García Medina para que organizara una guerrilla.
Se dijo que los franceses se preparaban para salir sobre Tancaxneque, con el objeto de posesionarse del parque y pertrechos de guerra que estaban ahí depositados.
LOS FRANCESES DESALOJAN TAMPICO
Frustrado el objetivo y por carecer de los recursos indispensables para mantener la posición en Tampico, el ejército y la marina francesa desalojaron el puerto a mediados de enero de 1863.
Después esto, las tropas mexicanas al frente del general Juan José de la Garza, ocuparon el puerto nuevamente, volviendo la tranquilidad al Distrito Sur, aunque sólo fue momentáneamente.
El 6 de marzo de 1863, el general Antonio Canales, comandante militar del Distrito de Tula, se dirigió a los soldados que pudo reunir semanas antes en las villas de su jurisdicción, diciéndoles que había llegado la hora en que debían marchar a Tampico, al llamado del general Albino López, comandante en jefe del Estado; no dudando que serían los primeros en defender la patria llegando el momento del combate.
Les dijo también que no ignoraran los grandes sacrificios que los pueblos del Distrito habían tenido que hacer para organizar la respetable sección a que pertenecían.
PERO AL POCO TIEMPO REGRESARON
La ocupación definitiva por parte del ejército francés en Tamaulipas, fue planeada por general ÉlieFrédéric Forey, quien el 10 de julio de 1863, ordenó al coronel A. Hennique que organizara una fuerza de invasión; la cual se embarcó en Veracruz el 6 de agosto bajo el mando del contraalmirante Bossé.
Esta fuerza se presentó frente a las costas de Tampico el 8 de agosto, ocurriendo el desembarque de tropas en la playa a las cinco de la mañana del día nueve, realizando la flota un bombardeo sobre las tropas defensoras nacionales, interrumpiéndose por el mal tiempo.
El día 10 se reinició el desembarco, tomando los invasores el fortín de la barra y el rancho de Doña Cecilia.
Finalmente, la tarde del 11 de agosto de 1863, Tampico fue ocupado.
En respuesta a esto, a partir del 30 de agosto, el general juarista Pedro José Méndez Ortiz inicio las hostilidades contra el ejército invasor en las espesuras huastecas, lo que obligó al invasor a destacamentar rápidamente hombres para combatirlo, comenzando así, la guerra de intervención francesa en nuestro estado.
Desde ese momento, se prestó gran atención a la fluidez efectiva del camino que partía de Tampico a la ciudad de San Luis Potosí, mismo que atravesaba una accidentada geografía donde operaba, además, con gran vigor, el espíritu de resistencia nacional.
El alto mando francés empeñado en tal propósito, destinó al Tamaulipas meridional y la Huasteca, una selecta falange antiguerrillera dotada de recursos suficientes y, sobre todo, de autorización para actuar con gran libertad de criterio en la ejecución de actos represivos.
Contribuyó notablemente al rápido avance de los franceses, las disensiones internas en el Estado de los jefes militares republicanos Carbajal y Cortina.
EL OLVIDADO GABRIEL ARCOS ARREOLA
El 1 de febrero de 1864, Gabriel Arcos Arreola salió de Tula con rumbo a Santa Bárbara, con el objeto de organizar militarmente los pueblos a su mando, para presentarlos dignamente ante el invasor en Tampico. Indudablemente, esos pueblos debieron ser Antiguo Morelos, Nuevo Morelos y Quintero, donde Arreola tenía muchos amigos.
El 4 de marzo, desde Santa Bárbara, don Gabriel Arcos Arreola, jefe político y militar del Cuarto Distrito, informaba al Ministro de Guerra y Marina que en su jurisdicción aún no había novedad, pero se decía que por el rumbo de Tampico hubo un encuentro entre una pequeña partida de mexicanos y un grupo de traidores, quedando vencedores los primeros. Informaba también que el coronel tamaulipeco Servando Canales, con 250 hombres, se encontraba en la villa de Valles, pues regresaba de la campaña del interior. Así mismo, sus espías le informaban que el general [Tomás] Mejía estaba en Matehuala al mando de cinco mil hombres —entre franceses y mexicanos— y se disponía a invadir el Distrito a su mando.
El 2 de abril de 1864, en la víspera del arribo inminente de la ofensiva imperialista contra Tamaulipas, el cura de Ocampo Ramón Lozano
acaudilló un movimiento armado que desconoció la autoridad que ejercía el coronel Gabriel Arcos Arreola, así como la de don Pablo Cuevas, quien acababa de ser nombrado jefe político y comandante militar del Cuarto Distrito, en sustitución del primero, y que ese día del motín, llegó a Santa Bárbara.
Se dijo que el disgusto del padre Lozano se debía a que Arcos Arriola, con el argumento de reclutar hombres para la resistencia, cometió una serie de tropelías entre las familias de Santa Bárbara, por lo que el pueblo en pleno lo derrocó, asumiendo provisionalmente el mando el presbítero Lozano.
POR. MARVIN OSIRIS HUERTA MÁRQUEZ
EXPRESO-LA RAZÓN