Hace unos días el Partido Acción Nacional porteño dio un “jalón de orejas” a sus regidores : Carmen Díaz, Alejandro Martínez, Guillermina Arriaga y Mon Marón, pues los obligó a comparecer ante la militancia para dar a conocer el trabajo que han hecho en los primeros 100 días que tienen de cobrar más de 60 mil pesos por andar “pateando el bote”, por eso los hicieron dar la cara a los panuchos.
Seamos claros y directos, estos ediles garantizaron su pase al Cabildo como perdedores, con un doble compromiso con los panistas, pero les ha valido un cacahuate.
Apenas tomaron protesta el pasado primero de octubre y haga de cuenta que se ganaron un beca con todo pagado por tres años con un sueldo de 60 mil pesos, y al mismo tiempo guardaron la bandera azul y sufren de amnesia.
Se supone que acudieron a dar un informe, el problema es que ninguno tenía nada que informar y lo poco que informaron, fueron puras mentiras.
En el caso de la regidora Carmen Díaz, para empezar llegó a este cargo sin rumbo y en lugar de ponerse a despachar a la ciudadanía, confundió a cubículo con un consultorio patito, imagínese aplicaba inyección en la cocina del área de regidores, así de perdida andaba la señora.
Ediles, que por cierto, se fue casi todo diciembre de vacaciones, y no se presentó a las sesiones de Cabildo, y le aseguro que eso no les platicó a los pitufos en su comparecencia.
El regidor, Alejandro Martínez, cuentan que es un excelente profesionista, pero ha resultado un fraude como regidor, pues no sabe ni lo que significa ser parte de este cuerpo colegiado y piensa que con ponerse bufanda azul cuando amenaza el norte, ya con eso hizo su tarea.
Para empezar hay que explicarle a este cuate que significan las siglas del PAN, por qué llegó de golondrino y paracaidista.
La regidora doña Guillermina Arriaga se la pasa presumiendo sus mil años como militante del PAN, pero nadie la conoce de la vox populi.
Y Mon Maron, está igual o peor que sus compañeros, pues “sueña con ser alcalde, pero ahorita se encuentra de vacaciones, solo acude a las sesiones de Cabildo.
Pero en su cubículo brilla por su ausencia, casi nunca se para a despachar en la sala de regidores y acuden solo a una que otra inauguración de obra.
Para empezar estuvo muy mal que de Diputado local se bajará a ser regidor, pareciera que andaba de busca chambas para garantizar un sueldito, pero se vio muy mal, pero muy mal.
La que está reprobada es la edil y empresaria Trinidad, que nunca cumple como regidora, por eso los panuchos andan muy desilusionados de todos ellos.
En conclusión ninguno de ellos ha hecho nada trascendente por Tampico ni por los panistas, solo se han aprovechado de gozar de las mieles del poder y a explotar su charola.
Deberían de ponerse a trabajar y a desquitar su salario que reciben, y sino pueden, pues que renuncien.
En lugar de caer en estas payasadas de andar dando informes, ellos deben de andar en las calles atendiendo a la población, pero quieren solucionar todo a control remoto, desde sus casas.
Recuerde : ¡No se vale chillar!
POR MARIO ALBERTO PRIETO