Una noche soñé que platicaba con Dios, este es un fragmento de esa conversación.
JLH: — Momentos atrás hablabas de tu Hijo unigénito, los fieles del cristianismo afirman que lo enviaste no solo para que le diera un mensaje de amor y de moral a la Humanidad, también para salvarla del pecado original que entró
a los humanos a través de Adán y Eva cuando desobedecieron la advertencia de que no comieran la fruta del árbol Prohibido o de la ciencia del bien y del mal. ¿Es cierto eso…?
DIOS — Únicamente en lo que respecta al mensaje de amor y ayudarles a que retomaran el camino para el cual fueron creados, amar al prójimo como a sí mismos, y a vivir en paz y en armonía con sus semejantes. El llamado pecado original, es un mito. Haber obtenido el conocimiento no fue ni será nunca un pecado.
JLH: — En estos tiempos en los que las naves espaciales terrestres han empezado a explorar el universo y las estrellas,
no son pocos los que consideran que Jesucristo debió haber sido, no un enviado de Dios sino tal vez un extraterrestre…
DIOS: — Aquí quiero hacer una aclaración, Jesús no llegó en una nave espacial como otros seres celestiales lo hicieron en el pasado. Lo hizo como todos los humanos, a través del nacimiento, sin embargo, no fue el suyo un nacimiento común. Fue hijo de María, pero no de su esposo José sino del Espíritu Santo, un ser de naturaleza superior no humano que no es de este planeta.
JLH: — O sea que Jesús no era totalmente originario de la Tierra… Por lo menos la mitad de sus cromosomas no eran humanos.
DIOS: — Si, por supuesto, el mismo Jesús lo dijo a lo largo de su misión evangelizadora, que su reino no era de este mundo.
Es decir, el mismo aseguró que
venía de otro planeta, dejó entrever que provenía de uno diferente a la Tierra, habitado por seres inteligentes de una sociedad más evolucionada que la de los humanos, en la que las discrepancias o eventuales conflictos se resuelven pacíficamente, no como aquí, entre ustedes, a través de guerras, de manera violenta.
Jesús no vivía flotando en el espacio, sino en un mundo similar al terrestre, aunque ubicado en otra dimensión, pero habitada por seres más evolucionados tanto en su tecnología como en su desarrollo espiritual.
También dejó claro el día en que fue arrestado que si quisiera evitar que lo detuvieran habría pedido a su padre o superiores que pusieran a su disposición doce legiones de ángeles, unos 72 mil, (Mateo 26:53) o enviado carros de fuego como el que se llevó a Elías al cielo, para impedir que lo apresaran, pero entonces su misión evangelizadora habría tenido otro desenlace.
La imagen del Mesías sería distinta, más que la de un enviado de Dios, sus adeptos verían en él a un enviado del gobierno de otro planeta.
JLH – A propósito, ¿qué sucedería si, como dice la Biblia, Jesucristo viniera otra vez al mundo, pero en este siglo XXI?
DIOS: — Algo semejante a lo que ocurrió hace 2 mil años, aunque con algunas diferencias, -dijo mientras sonreía-. Llegaría del cielo, solo que, a bordo de una astronave con poder y gloria, acompañado de un ejército de Serafines, Querubines, Ángeles, Arcángeles y Tronos armados de espadas de fuego, así como de expertos en el gobierno y educación de las sociedades.
No lo crucificarían por dos motivos, primero porque no podrían, segundo porque la pena de muerte de esta ápoca no contempla la crucifixión, en todo caso, si tuvieran el poder de enjuiciarlo, seguramente los jueces que tendrían a cargo el proceso de llevarlo ante la justicia humana, quizá lo sentenciarían a morir bajo los efectos de una inyección letal, a cadena perpetua o tal vez a que purgara la osadía de afirmar que es hijo y enviado de Dios en un manicomio.
Los representantes de algunas organizaciones religiosas volverían a tildarlo de hereje y blasfemo, el gobierno de los Estados Unidos lo acusaría de comunista o de terrorista, para los señores del poder del dinero sería un agitador al servicio de Cuba o de Rusia, los psicólogos dirían que se trata de un demente, un desequilibrado de sus facultades mentales, mientras que muchos lo verían como un luchador social.
Los creyentes en el fenómeno OVNI, por su lado, pensarían que el Mesías serían un extraterrestre, un viajero espacial proveniente de algún remoto planeta del Universo que venía a la Tierra salvar a la Humanidad del ecocidio y las guerras químicas o biológicas de exterminación masiva.
Aunque parezca mentira, a dos milenios de que Jesús de Nazareth fue crucificado, las cosas no han cambiado.
Tecnológicamente, los humanos han logrado algunos avances, han construido naves para llegar a la Luna y han empezado a viajar a otros planetas, pero siguen matándose unos a otros para dirimir sus conflictos y diferencias, ya no lo hacen con espadas ni flechas, ahora utilizan armas de destrucción masiva, mienten todos los días y envían a prisión a los que luchan realmente por la justicia y el bien de los demás. (Tomado del libro ENIGMAS de José Luis Hernández Chávez. Derechos reservados)
POR JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ
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