El ex panista Roberto Gil Zuarth, ex diputado, ex senador y ex secretario particular del Presidente Felipe Calderón denuncia irregularidades en el proceso de selección de los candidatos a integrar el nuevo Poder Judicial de la Federación porque, según el, fue dejado intencionalmente fuera de la elección a la que se postuló como candidato a Ministro de la Suprema Corte de Justicia, acusación que ha sido ampliamente reproducida por la comentocracia de la derecha en medios y redes sociales, cabe destacar que la queja del ex Senador es única.
En ese caudal de información no mencionan que fué Roberto Gil Zuarth quién como funcionario público, diputado federal y senador de la república, se encargó de negociar puestos de jueces, magistrados y ministros a través de la imposición, el chantaje y la negociación política, a base de sobornos o a cambio de favores para llenar de militantes de la derecha el organigrama del Poder Judicial, desde la Suprema Corte de Justicia hasta los Juzgados de Distrito pasando por los Tribunales colegiados y unitarios.
Es esa misma estructura administrativa del Poder Judicial Federal que el organismo de la sociedad civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad exhibió como una estructura integrada por el 60% de parientes, familiares y amigos de los actuales juzgadores, desde los Ministros de la Suprema Corte de Justicia hasta el último de los juzgados en el país. Son esos mismos jueces, magistrados y ministros, encabezados por Norma Piña, los que mediante amparos y resoluciones le han permitido a narcotraficantes, asesinos y evasores de impuestos permanecer impunes de los crimenes que han cometido contra la sociedad.
Ahora Gil Zuarth y los comunicólogos de la derecha opositora tratan de infundir desconfianza y miedo en los ciudadanos para boicotear el proceso de elección argumentando que el Poder Judicial perderá su autonomía porque sus integrantes van a ser electos por el voto popular. Pero es pertinente decir que los ministros de la Suprema Corte que antes eran designados por el senado de una terna escogida por el Presidente eran menos independientes que los que serán electos por el voto libre secreto y directo de todos los mexicanos.
También es justo decir que la función sustantiva de los juzgadores, jueces, magistrados, y ministros que antes eran designados y ahora serán electos, siempre a sido juzgar, aplicar el derecho, e impartir justicia. No tienen como función hacer carrera, ni prestigio, ni dinero. Por eso los requisitos para ser juez eran y siguen siendo ser miembro de la comunidad, mayor de edad, ser honesto, tener una ocupación legal, y no tener conflicto de intereses. En los siglos 18 y 19 se designaba a los que tuvieran mejor preparación, un ingeniero, un doctor, un mecánico, y a veces el que sabía leer y escribir, lo importante es que fuera reconocido por todos por su seriedad, su serenidad, su honestidad, su sentido común y su compromiso de servir a los demás.
De acuerdo con la Constitución anterior y la actual que ha sido reformada, para ser juez, magistrado o ministro no se necesita tener maestría, doctorado, o posdoctorado en derecho. Tampoco se politiza el cargo por ser electo ni se limita la independencia del poder judicial ni de los juzgadores y a cambio, con la nueva forma de elección se obtiene la oportunidad de que los nuevos juzgadores sepan que son ciudadanos que han sido escogidos por la mayoría de los ciudadanos para ejercer una delicada función al servicio de la sociedad, y que se espera lo mejor de ellos para aplicar la ley e impartir justicia.
El pueblo de México ha sido capaz de generar con su voto un cambio fundamental en la sociedad mexicana. Con las mismas leyes y autoridades existentes eligió a la primera Presidenta de la República para integrar un gobierno democrático de izquierda popular, con ese mismo fin eligió 23 gobiernos estatales, la mayoría en la cámara de diputados y en la de senadores y a los ayuntamientos de las ciudades más habitadas del país. El pueblo de México será capaz de elegir el próximo 1 de junio a un Poder Judicial Federal independiente y comprometido con la sociedad mexicana, que respete el estado de derecho e imparta justicia que es lo que se espera de ellos, sólo eso.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ
