CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Hace seis meses, la vida de Jatzziri Anahí cambió para siempre con la llegada de su hija Mercedes.
La esperaba con amor, junto con su hermanito, pero lo que debió ser un momento de felicidad se convirtió en una pesadilla. Desde el embarazo, enfrentó dificultades y, cuando por fin tuvo a su bebé en brazos, una serie de negligencias médicas pusieron en riesgo su vida.
Hoy, Mercedes sigue luchando y necesita un estudio urgente para determinar si el coágulo en su cabecita ha disminuido o sigue creciendo. Su familia, desesperada, pide ayuda.
Un nacimiento
marcado por el dolor
El 11 de septiembre de 2024, Jatzziri ingresó al IMSS de La Loma con fuertes dolores y sangrado.
Durante semanas, había sentido molestias, pero cada vez que acudía al hospital le decían que todo estaba bien.
Ese día la dejaron internada sin explicarle si su embarazo corría riesgo.
El 12 de septiembre, su pequeña nació de emergencia con solo ocho meses de gestación.
Pero la angustia no terminó ahí. Jatzziri recuerda con impotencia cómo pasó horas soportando un dolor insoportable sin ser atendida porque el quirófano no tenía aire acondicionado.
Cuando por fin la llevaron a cirugía, vio con asombro que una practicante comía limón con chile dentro del quirófano mientras ella permanecía abierta en la mesa de operaciones. Y lo peor estaba por venir.
Horas después del nacimiento de Mercedes, su madre aún estaba bajo los efectos de la anestesia cuando su bebé sufrió una caída dentro del hospital.
La pequeña tuvo una fractura de cráneo y coágulos de sangre en su cabeza.
Pero, en lugar de asumir su responsabilidad, el hospital le entregó un documento en el que afirmaba que la bebé había caído de sus brazos. Jatzziri sabe que eso no fue cierto: estaba inconsciente en ese momento, sin nadie a su lado.
A pesar de la gravedad del golpe, los médicos no le dieron la atención necesaria.
La dieron de alta con la indicación de que llevara a su hija por sus propios medios a una clínica en Madero, donde le harían un estudio. Sin embargo, al llegar le informaron que no había citas hasta febrero.
Su bebé, que requería atención urgente en septiembre, quedó sin estudio, sin tratamiento y sin respuestas.
Seis meses de lucha
y una nueva alerta
Durante meses, Jatzziri ha vivido con miedo. Ha tocado puertas, ha exigido atención para su hija, pero la burocracia y la falta de sensibilidad han sido obstáculos enormes.
Su pequeña parecía estar estable hasta que, el pasado 14 de marzo, su carita comenzó a hincharse y enrojecerse en la zona donde sufrió la caída.
Alarmada, su madre la llevó a la clínica de San Luisito, donde al fin recibió una respuesta rápida.
Un médico le dijo que Mercedes posiblemente tiene secuelas de aquel golpe que sufrió al nacer.
Para evaluar la evolución del coágulo en su cabeza, es urgente realizar un nuevo TAC.
Sin embargo, el estudio es costoso y la familia no cuenta con los recursos para pagarlo.
Por eso, con el corazón en la mano, Jatzziri pide ayuda.
Cada peso cuenta. Cada granito de arena puede marcar la diferencia en la vida de esta pequeña guerrera que ha enfrentado más de lo que cualquier bebé debería.
Si está en tus posibilidades ayudar, puedes hacerlo a la siguiente cuenta:
Tarjeta BBVA a nombre de Jatzziri Anahí Silva García
4152 3141 8645 6219
La vida de Mercedes depende de la solidaridad de quienes puedan tenderle la mano. Su familia no pierde la esperanza de que, con el apoyo de la gente, pueda recibir la atención que merece.
Por Raúl López García
EXPRESO-LA RAZON