El 27 de septiembre de 1960, 22 años después de que el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas Del Río expropió la industria petrolera que estaba en manos de transnacionales extranjeras, el presidente Adolfo López Mateos nacionalizó también la industria eléctrica.
El objetivo, en ambos casos, era, además de devolver a la nación la explotación de los recursos naturales, la exclusividad para la generación, conducción y abastecimiento que asegurara la independencia energética de México.
El mensaje que ALM dirigió a la nación en esa ocasión contiene reflexiones y advertencias que vale la pena recordar.
“Pueblo de México –dijo el mandatario desde el balcón central de palacio nacional- les devuelvo la energía eléctrica, que es de la exclusiva propiedad de la nación. Pero no se confíen porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a inversionistas extranjeros.
Luego señaló: “Ni un paso atrás fue la consigna de don Lázaro Cárdenas, solo un traidor entrega su país a los extranjeros”.
No se equivocó. Cuando llegaron a la presidencia Vicente Fox, Calderón y Peña Nieto se cumplió la advertencia de López Mateos. El primero otorgó a la empresa inglesa Bancara Lithium concesión por cien años la explotación de Litio y a la firma Iberdrola la producción eléctrica para estrangular a la CFE.
Además, igual que Zedillo, que privatizó los Ferrocarriles y tras concluir el sexenio fue designado consejero de la privatizadora, cuando Calderón dejó la presidencia fue nombrado miembro del consejo de administración de Avangrid, filial de Iberdrola, como pago de los favores que les otorgó.
Con el pretexto de la modernización de la industria energética Peña reformó la constitución y con el apoyo del PRI y la complicidad del PAN y el PRD pusieron a Pemex y la CFE a disposición de las compañías de otros países.
Afortunadamente, cuando López Obrador asumió las riendas del país echo abajo la modificación y rescató la riqueza energética que la ahora oposición había otorgado a inversionistas extranjeros.
ESPERAN UN MILLON DE TURISTAS
En temas locales, mientras tanto, los centros recreativos del sur de Tamaulipas, como el resto del Estado y del país, empezando por la playa de Miramar, se encuentran listos para recibir a los miles de paseantes que se estima visitaran nuestra zona en las vacaciones de la semana santa.
El alcalde de Madero, Erasmo González, estima que llegarán al máximo paseo más de un millón de personas y dio a conocer que se han tomados todas las medidas para que los turistas disfruten los días de descanso y estancia en la zona sin problemas ni contratiempos.
Con ese propósito, señaló el munícipe, se ha puesto en marcha un operativo de vigilancia conurbado que coordinarán las autoridades de la urbe petrolera, Tampico y Altamira, para garantizar la seguridad de los vacacionistas que todo indica que dejarán una derrama económica sin precedentes.
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