El proceso electoral extraordinario para la elección de jueces en Tamaulipas avanza en tiempo y forma, con un financiamiento asegurado y una logística bien planeada.
Es una elección inédita, tanto para el estado como para el país, y su desarrollo marcará un precedente en la forma en que se elige a quienes imparten justicia.
El Instituto Electoral de Tamaulipas (Ietam) que encabeza Juan José Ramos Charre ha demostrado oficio y responsabilidad en la organización de este proceso, pues con un presupuesto asignado de poco más de 205 millones de pesos, los recursos han fluido conforme a lo previsto.
Al 13 de marzo, se había recibido el 50% del total, es decir, 102.9 millones de pesos, sin que haya contratiempos en la ejecución de las actividades programadas, por lo que se entiende que las distintas fases del proceso transcurrirán sin contratiempos.
Más aún, el propio Consejero Presidente del Instituto, Juan José Ramos Charre, ha dicho que las gestiones para obtener una ampliación presupuestal de 35 millones de pesos avanzan sin complicaciones, lo cual garantiza que ninguna etapa se verá afectada por la falta de recursos, lo que da certeza a partidos políticos, candidatos y ciudadanos.
La elección de jueces en las urnas no es común en México, ya que en un país donde los poderes judiciales estatales suelen ser designados por el Legislativo o el Ejecutivo, Tamaulipas está experimentando una transformación en la forma de seleccionar a sus juzgadores.
Este proceso no solo es un reto logístico para el IETAM, sino que abre un debate sobre los riesgos y ventajas de someter a votación popular la elección de jueces, porque no existe un antecedente que sirva como referencia para poder desarrollar este proceso sin complicaciones, dado el desconocimiento de los aspirantes entre la ciudadanía.
A nivel nacional, el tema cobra aún más relevancia con la propuesta del compañero Andrés Manuel, cuando siendo Presidente impulsó la reforma el Poder Judicial para que ministros, magistrados y jueces sean electos por voto directo.
En ese contexto, Tamaulipas se adelantó con un ejercicio que, si bien distinto en su origen, será observado de cerca para evaluar su impacto en la justicia y en la confianza ciudadana.
Si bien el proceso avanza sin contratiempos, es imposible ignorar los desafíos que implica esta elección, uno de los principales riesgos es la posible politización de la justicia.
En un contexto donde la imparcialidad de los jueces es fundamental para el equilibrio de poderes, la competencia electoral podría generar dinámicas partidistas en una esfera que debería mantenerse ajena a ello.
Además, la ciudadanía se enfrenta a una decisión sin precedentes: Elegir a quienes impartirán justicia no es lo mismo que votar por un Alcalde o un legislador, por lo que la falta de información clara sobre los perfiles y trayectorias de los aspirantes podría convertirse en un obstáculo para que la elección refleje si verdaderamente los candidatos tienen la capacidad necesaria.
Otro punto a considerar es la organización misma del proceso, pues aunque el Ietam ha demostrado capacidad técnica y operativa, el desarrollo de campañas, debates y promoción del voto en un ámbito tan específico como el judicial representa un desafío para el órgano electoral.
A pesar de estos desafíos, el Ietam ha dado muestras de solidez y compromiso con la democracia en Tamaulipas, ya que la institución ha manejado con transparencia la ejecución del presupuesto y ha garantizado que el proceso avance sin sobresaltos.
Con el inicio de campañas programado para el 30 de marzo y la documentación electoral en proceso de impresión, la logística se mantiene en los tiempos establecidos.
La confianza en el árbitro electoral es esencial para la legitimidad del proceso. En un entorno nacional donde la credibilidad de los órganos electorales ha sido cuestionada desde distintos frentes, el desempeño del Ietam puede servir como un ejemplo de que las instituciones locales pueden garantizar elecciones limpias y organizadas.
Con este contexto, es posible decir que Tamaulipas está frente a un momento histórico, pues la elección de jueces mediante el voto ciudadano es un experimento que va redefinir el sistema judicial.
El reto es grande, pero también lo es la oportunidad de demostrar que un proceso electoral bien organizado puede fortalecer la democracia y la justicia, por lo que mientras los ciudadanos se preparan para tomar una decisión trascendental, el Instituto Electoral de Tamaulipas continúa su labor para garantizar que el proceso sea transparente, equitativo y sin contratiempos.
ESCOTILLA
El diputado federal Hugo Eric Flores Cervantes -de Morena-, es el presidente
de la Sección Instructora que anoche desechó la petición para abrir el proceso de desafuero en contra del exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco.
Higo Eric, quien antes fue fundador, dirigente e integrante del Partido Encuentro Social -transformado luego en Encuentro Solidario-, es ahora parte de Morena y desde su posición encabezó a los legisladores que conocieron el asunto de la denuncia en contra de Cuauhtémoc.
El también exfutbolista ha sido acusado por su hermanastra por presuntamente haber abusado sexualmente de ella.
Los señalamientos, graves por supuesto, no fueron suficientes para
que los morenistas decidieran actuar en congruencia y dieran paso al proceso para quitarle el fuero a Blanco.
A la Cuatroté se le acumulan los escándalos a causa de insensibles
como Fernández Noroña minimizando y miserablemente tratando de desviar la atención por los graves hechos de Teuchitlán y también, la diputada reynosense Eva Reyes, quien ve de manera totalmente natural que haya narcofosas y campos de exterminio en todo el país.
Ahora, la protección de las y los diputados morenistas de la Sección Instructora para Cuauhtémoc Blanco es una prueba de que se dice una cosa y se hace otra.
En estos temas, la diferencia entre los insensibles de ayer y los de hoy, no existe.
POR TOMÁS BRIONES
abarloventotam@gmail.com