Programas fundamentales de la 4T han sido botín de corruptos. Durante el anterior gobierno fue Segalmex mediante un fraude de 14 mil millones de pesos y ahora nos enteramos que también Birmex con una cantidad aproximada. Como sabéis el primero pretendía atenuar el hambre popular, aunque solo sirvió para colmar la voracidad de un grupo de ladrones disfrazados de morenistas, encabezados por su director Ignacio Ovalle Fernández quien en otra época fungiera como secretario particular de Luis Echeverría. Ya imaginará la fichita.
Lo extraño de este caso fue que el sujeto en cuestión resultó inocente “de toda inocencia” gracias a la vieja amistad con AMLO a quien conoció en tiempos de López Portillo cuando desempeñaba la dirección del Instituto Indigenista. (En aquel entonces el joven activista tabasqueño traía en jaque a los “regímenes de la revolución”). Lo justificó asegurando que Ovalle había sido engañado por sus colaboradores. Hasta ha de creer. El asunto es que Segalmex fracasó a pesar de figurar como el proyecto estrella de AMLO.
En turno Claudia Sheinbaum acepta que Birmex, que es la compradora y distribuidora oficial de medicamentos, no cumple con las expectativas por la sencilla razón de que los recursos son manejados en forma irregular, lo cual significa que los responsables cayeron en prácticas delictivas considerando que existe opacidad por monto superior a 13 mil millones de pesos. Descubierto esto, sobra decir que el organismo está sometido a serias investigaciones por lo que los culpables deben ser llamados a cuentas. Por lo pronto se habla de renuncias y despidos, pero no de acusaciones directas y eso ya huele mal.
El hecho tiene consecuencias; la más importante por supuesto, es la crisis que padecen las instituciones oficiales de salud provocando críticas y protestas en casi todo el país. Y no exageramos al decir que tal escasez es motivo de innumerables decesos con cargo al supremo gobierno.
Lo anterior nos lleva a la comprobación de que no todos los funcionarios que se cubren con el manto de Morena están dispuestos a practicar las máximas de no robar, no mentir, no traicionar y menos cuando tienen a la vista el dinero de la república. Con esta clase de “servidores de la nación” será imposible que la transformación avance con la efectividad y rapidez deseada por la mayoría mexica. En este sentido seguramente usted sabrá de inmorales ejemplares que sin escrúpulos se apropian de las arcas públicas y jugosos negocios derivados del manejo arbitrario del poder.
Mientras tanto ojalá y sea cierto que habrá limpia en Infonavit. Ni como negar que el organismo se convirtió en fuente de riqueza para funcionarios, constructores y líderes durante muchísimos años. Increíble, por ejemplo, que David Penchyna, director en el régimen de Peña Nieto, tuviera sueldo de 750 mil pesos mensuales libres de paja y polvo. Y deje que lo mero bueno sigue estando alrededor del cargo. Y ni modo que sea invento la basura de “viviendas” que entregan todavía a los trabajadores.
Hablase al respecto de carpetas de investigación y montón de juicios por iniciar, “Pos nomás que sea de a deveras”, como dijo aquel.
SUCEDE QUE
Si van en busca de mentirosos, ladrones y traidores, cárceles van a faltar.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA
