Aunque no lo crea, todavía hay valientes, que se atreven a levantar la mano para dirigir el comité municipal del PRI de la urbe petrolera.
Hay dos gallos: Un tal Ricardo Estrada y Don Gustavo González, pero ninguno podrá sacar de la tumba a este partido político.
Estos cuates se aferran a “morder polvo” de las ruinas que quedan de este partido que, en sus épocas de gloria, fue todo un invencible, pero que ahora ¡Da lástima!, esa es la realidad del Partido Revolucionario.
Ya el tricolor no representa nada, sus políticos lo asesinaron, cuando ya no pudieron seguir viviendo y robando a sus costillas, lo abandonaron a su suerte, por eso suena raro que hasta estén peleando en este municipio por la dirigencia.
Estos dos cuates son los que realmente tienen posibilidades de llegar, pero lo único que buscan son sus intereses personales de seguir comiéndose una torta a salud de las delicias del poder, que no se hagan patos.
En el caso de Ricardo Estrada, mejor conocido, desde el kinder, como el “Huaraches”, así lo llaman sus camaradas, fue candidato en el 2021 a la diputación local por el distrito número 20, y …¡Perdió!
En las pasadas elecciones, jugó para perder y entrar a una regiduría de oposición, pero por más que le rogó y rezó al “Santo Niño de Atocha”, no se le cumplió el milagrito.
Lleva dos derrotas, pues con estas tachas en sus carrera política, cómo quiere dirigir a este partido, aunque resulta una menos peor opción que el otro cuate.
Lo malo es que el “Huaraches” solo busca cumplir su sueño mental de querer llegar al Cabildo, ese es su único interés, ganar ventaja en la próxima repartición de las posiciones, y eso ¡¡¡no se vale!!!
Cuentan que el “Huaraches” es un tipo trabajador, que tiene sus negocios en el mercado de Tampico, pero pareciera que ya se le cansó la carreta y quiere sacarse la lotería e irse becado (con gastos pagados) como regidor de esta ciudad.
Mientras que Gustavo González Balderas ya fue Diputado Federal y la raza ya ni se acuerda de él.
Además ya estuvo al frente del comité local y lo tenía cerrado, no iba ni por las tardes a barrer, y por eso la hierba se le andaba metiendo hasta su oficina.
Al ex legislador el único que lo chifla es el ex alcalde Don Lupe Galván, pero de ahí en fuera, ni su cotorro lo apoya.
Ambos son “vacas flacas” que no van a poder con el paquete, y aparte: ¡Los dos son pobres!, mientras que el tricolor de la urbe petrolera, lo que necesita son billetes para poder mantenerse vivo y no moribundo.
Antes reinaba el derroche en las reuniones tricolor, de esta ciudad, ahora cada que se reúnen los “abuelitos – Dinosaurios” del PRI, cada quien tiene que pagar su cafecito de 20 pesos, por que son tiempos de pobreza.
Está muy cañón volver a revivir al PRI, pues ya solo es un membrete, ya los líderes se fueron a otros partidos políticos, y llenas más fácil una piñata en el Chipús que un evento tricolor.
Hoy viven una época de decadencia y no hay paso atrás, la raza odia al PRI, pues lo culpan de casi todas las desgracias que se ha vivido en este país.
Además ahora la “clientela” de los programas sociales, que inventaron los priistas, ahora los tienen y los usan los guindas para ganar elecciones.
Ricardo no tiene experiencia para controlar la grilla, Don Lupe Galván, ya lo traía bien atontado con tanta mordida y patada que le daba, afortunadamente se calmó el ex presidente municipal.
Tipos como el “Huaraches” lo único que van a aportar es echarle el último puño de tierra al difunto tricolor en Madero.
Recuerde: ¡No se vale chillar!
Por. Mario Alberto Prieto