2 junio, 2025

2 junio, 2025

La transformación necesaria

HORA DE CIERRE / PEDRO ALFONSO GARCÍA RODRÍGUEZ

La transformación es inevitable, el país entró en una dinámica política-económica jamás vista desde el Desarrollo estabilizador. El gobierno del ex presidente Andrés Manuel López Obrador creó una obra de ingeniería social que redujo drásticamente la brecha entre ricos y pobres, aunque aún son muchos los pendientes que quedan por resolver, especialmente en materia de salud y educación.
Pero en el país ha detonado una nueva faceta de su historia que no sólo es importante, es indispensable.
La llegada de Claudia Sheimbaum al poder es el inicio de una Revolución social con el empoderamiento de las mujeres en su vida pública y su necesaria y obligada incorporación a la vida política y económica.
Desde la perspectiva progresista, pilar fundamental en el pensamiento cuatroteísta, el control de los medios de producción es sólo la manera de lograr un verdadero cambio social y ese es al menos en teoría, el objetivo principal del gobierno sheimbaunista.
El apoyo del Estado a las mujeres y su compromiso por garantizar su protección y libre determinación sin el yugo del patriarcado sólo puede ser posible si las acciones de gobierno las deciden y las implementan mujeres, y que las decisiones de gobierno, en su mayoría queden en manos de mujeres.
Bajo ese principio es necesario que las mujeres tomen por completo las riendas del poder en todos los aspectos de la vida nacional. Más allá de lo ya implementado en equidad de género en la designación de cargos públicos o en materia electoral, las mujeres necesitan una mayor concentración de poder que les permita implementar una plataforma legal ajena a la opinión y/o voto de los hombres y que el debate público sea centrado entre mujeres.
La planeación, legislación, gestión, implementación y acción de políticas públicas o de ejercicio del poder concerniente a cualquier rubro que involucre a las mujeres por Ley debería de ser concerniente solo de ellas y ajeno a los hombres, el sector de la población del que se deben de proteger y principal detonante del movimiento feminista que lucha por medio de la Revolución por sus derechos (reprobar los actos violentos no es más que una muestra de ignorancia y falta de formación de quien emite un juicio al respecto).
La presidenta del país ha enfrentado en los recientes meses la embestida de una fracción del obradorismo liderada por el senador Adán Augusto López que llegó a su momento más tenso cuando no la saludaron en un evento y después harían mofa de lo sucedido en sus redes sociales.
Y es esa misma facción del obradorismo la que ha contaminado el ambiente en algunas partes del país, como sucede actualmente en Tamaulipas con tribus patriarcales que se esmeran en alterar el ambiente político del estado con guerras sucias entre copartidarios lo que no ha prosperado por sus limitaciones de origen y al clima democrático con el que se ha manejado el gobierno del doctor Américo Villarreal.
Mientras los golpes se atestan a diestra y siniestra las mujeres puntero para la sucesión se han enfocado en trabajar en sus proyectos, en aumentar su fuerza y presencia política bajo una disciplina partidista en la que sólo ellas destacan.
La alcaldesa de Nuevo Laredo Carmen Lilia Cantú Rosas se ha enfocado en el trabajo del municipio que gobierna y en atender algunos eventos morenistas, la senadora Olga Sosa Ruiz ha aprovechado bien el senado de la República para aumentar sus credenciales políticas sin quitar la atención del estado y a pesar de los excesos cometidos en el ayuntamiento de Reynosa Maki Ortiz se ha mantenido al margen del golpeteo sucio.
Y muestran a la mayoría del patriarcado tamaulipeco que se puede hacer política sin lluvias de lodo, sin golpes bajos y siempre al apego institucional y bajo las reglas de la democracia.
En Tamaulipas el asentamiento de la 4T requiere de una depuración política generalizada tanto en la oposición como entre los mismos cuadros morenistas.
Aumentar la presencia de mujeres en los puestos públicos lo haría de una manera natural y pacífica en un estado que ha vivido en otros tiempos en carne propia los estragos de la violencia política y por la inseguridad.
Y ayudaría en garantizar sus derechos fundamentales y reducir la brecha autoritaria producto de un patriarcado mexicano y tamaulipeco que nos ha enseñado con creces su incapacidad para respetar las reglas de juego y por su afán de estirar la Ley con consecuencias catastróficas.

POR PEDRO ALFONSO GARCÍA RODRÍGUEZ
@pedroalfonso88

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