Las redes sociales se llenaron de candidatos a jueces y magistrados de diferentes niveles del Poder Judicial.
El caso de Tamaulipas es muy particular porque además del proceso federal, en el que se elegirán 26 posiciones del Distrito 19 además de los nuevos integrantes de la Corte, y otros organismos, aquí se lleva a cabo la elección completa de la estructura estatal que comprende 147 cargos.
Eso explica que desde el primer minuto del domingo 30 de marzo, cientos -no es exageración- de abogados, funcionarios, y trabajadores del PJ, comenzaron su promoción para pedir el voto.
Ya se ha dicho, se trata de una campaña muy particular y se nota en las primeras interacciones de los candidatos.
Sin recursos públicos, hacen lo que pueden, y como pueden.
No se aprecia en sus mensajes el asesoramiento millonario de los grandes estudios de marketing político, ni la producción de agencias especializadas.
Estas circunstancia, acaso imprevista, ha resultado en una buena oportunidad para conocer a los candidatos a jueces tal y como son, sin filtros, ni narrativas construidas expresamente para posicionarse de manera positiva en la elección.
Las reglas están claras: la más importante es que no se permite ningún tipo de participación de los partidos políticos, lo que también le da mayor frescura a este proceso.
No se puede ejercer presión o coacción al voto, y lo más importante y notorio, no pueden utilizar financiamiento público o privado para campañas o contratar espacios en medios de comunicación.
Tampoco podrán pagar por promoción en redes sociales, ni contratar servicios para realizar encuestas.
Los actos públicos que lleven a cabo deberán ser austeros, pues cada gasto será contabilizado y en caso de rebasar el tope, su candidatura puede ser cancelada.
La propaganda impresa -también austera, nada de espectaculares- deberá ser fabricada con materiales reciclables y retirarse tres días antes de la jornada electoral.
Todo esto da como resultado un periodo de dos meses de campaña como nunca las habíamos visto.
Vendrán críticas despiadadas contra los candidatos más inexpertos en la promoción de su imagen, se cuestionará la valía de muchos de ellos, y por ende, desde la oposición se descalificará el proceso.
A pesar de eso, y a reserva de lo que ocurra el 1 de junio y los días posteriores, estamos ante la oportunidad de conocer de verdad a los profesionales del Derecho que buscan integrar la estructura judicial del estado.
Se trata, en su gran mayoría, de hombres y mujeres preparados para el reto que viene, y que ahora tienen que salir de su zona de confort para convencer a la población de que son los mejores para desempeñar su función.
Algo más: en este periodo inédito además podrían demostrar que se puede hacer buenas campañas sin millonarios recursos públicos.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES