TAMPICO, TAMAULIPAS.- Aunque en el interior de las escuelas de la zona sur de Tamaulipas ya se toman acciones contra la comida chatarra, en el exterior de innumerables planteles, la venta de productos nada saludables continúa.
Basta con cruzar la puerta de salida y caminar unos metros, para que los alumnos encuentren desde los llamados troles hasta bolsas de chicharrón de harina, entre otros.
Al respecto, el presidente de la Unión de Padres de Familia del Sur de Tamaulipas, David Hernández dijo que el tema de los ambulantes que venden afuera de las instituciones educativas debe ser abordado por las autoridades locales para que se regule el mismo.
ES RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES: CREDE MADERO
José Alanís Mendo, titular del Centro Regional de Desarrollo Educativo (CREDE) en Madero, informó que es responsabilidad de los padres de familia la compra de comida en el exterior de las escuelas.
«Afuera ya el padre de familia consume los alimentos que ellos decidan. Tuvimos una reunión con Coepris donde ellos iban a estar al pendiente de las personas que vendieran fuera de las escuelas. Nuestro compromiso es dentro de las escuelas como Secretaría de Educación de que no se vendan estos productos», dijo.
MULTAS PARA ESCUELAS QUE IGNOREN
En el caso de las escuelas que incumplan, dijo que se contemplan sanciones
«Como lo marca los lineamientos y la Ley General de Educación y la Ley General de Salud , se estipula que existen unas multas desde cerrar el establecimiento hasta pena de cárcel «, agregó.
VENTA DE CHATARRA AFUERA DE ESCUELAS; INGRESO PARA FAMILIAS
Mientras que en Altamira los alumnos resultan ser buenos clientes y a decir de los oferentes, representan una garantía para llevar un sustento a sus familias.
“La venta de dulces y pan afuera de las escuelas resulta muy redituable, además de que el horario es muy flexible para realizar otras actividades”, comentó Dolores Martínez, quien recorre hasta dos escuelas con su triciclo de dulces.
Activistas han criticado que las autoridades educativas no hayan contemplado a los vendedores ambulantes que se instalan a la hora de la salida, ya que resultan una tentación para los niños.
El sector salud lo único que puede hacer, es verificar que los comerciantes tengan los permisos de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coepris).
En Altamira hay 240 escuelas de nivel básico y la matrícula asciende a un promedio de 40 mil alumnos.
“Si no aplican las sanciones que prometieron en contra de las escuelas que operaron las cooperativas escolares vendiendo comida chatarra serán la burla, además, están traicionando las órdenes del gobierno federal de Claudia Sheinbaum”, publicó el activista Freddy Torres.
Por. Benigno Solís/ José Luis Rodríguez/ Oscar Figueroa
Expreso-La Razón