ALTAMIRA, TAMAULIPAS.- Un vigilante de una empresa murió aplastado al caerle un portón en el municipio de Altamira, informó la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas.
La víctima fue identificada como Hugo Alejandro de tan solo 35 años de edad y los hechos ocurrieron el pasado 14 de mayo.
La autoridad ministerial informó que a las 8:50 horas recibió un reporte por parte del C5, en el que indica sobre un hombre sin vida a un costado de la bodega 8 de Bimbo, ubicada en calle Julio Rodolfo Moctezuma por vialidad perímetro DuPont, en la Colonia zona industrial de Altamira.
En el sitio se aprecia masa encefálica por muerte traumática en razón de que al vigilante le cayó un portón metálico.
Elementos de la Policía Investigadora se entrevistaron con los primeros respondientes que fueron efectivos de la Guardia Estatal, quienes refirieron que al realizar recorridos de vigilancia recibieron un reporte por parte de C5 en donde les refiere una persona inconsciente, haciéndoles mención que un usuario afirmó que a un masculino de empresa de seguridad tiene un portón encima, al parecer está sangrando y no responde.
Por el tamaño del portón, al occiso solo se le apreciaba que vestía un pantalón negro, camisa de color verde y chanclas.
Otro vigilante de nombre Luis, le precisó a la Policía Investigadora que llegó a la bodega a las 06:50 horas y al entrar vio que una persona estaba tirada y observa que trae el mismo uniforme que él, por lo que se imaginó que era el guardia de noche de nombre Hugo Alejandro “A” al cual le habló minutos antes, pero no respondió.
Comentó que les habían dicho del otro portón que estaba por caerse, pero no de la estructura que aplastó al vigilante.
En el sitio del accidente había masa encefálica expuesta por aplastamiento de un portón metálico en color gris, por lo que se procedió a dar aviso al ministerio público en turno quien ordenó se realicen las diligencias correspondientes, una que concluyó la intervención de servicios periciales se procedió al levantamiento del cadáver y traslado a SEMEFO.
Por Óscar Figueroa
La Razón