Las protestas contra la política anti migratoria de Trump van en aumento. Ahora mismo transcurre una etapa difícil por la intervención de fuerzas represivas del imperio acostumbradas a asesinar bajo el menor pretexto. En este sentido es de admirar la bravura de los latinos, especialmente de los mexicanos, enfrentando al odio utilizado por EU para resolver el problema.
La violencia gringa, sin embargo, resulta insuficiente para detener la lucha por los derechos obtenidos de alguna forma por los paisanos que desde hace años han hecho su vida en el país vecino venciendo toda clase de dificultades, incluida la discriminación al ser considerados raza inferior.
Doña Claudia pide respeto mediante la aplicación de leyes justas que permitan la permanencia de millones de familias, muchas de las cuales quedan divididas por los métodos del capitalismo salvaje que ignora cualquier sentimiento humano. Lo hace en diversas partes del mundo, con más razón hacia el interior de su territorio.
Las escenas que nos traen los medios impactan por la barbarie aplicada a los migrantes, donde, dicho sea, destacan jóvenes que aun con la ciudadanía estadounidense aparecen al lado de sus padres o hermanos mayores, con la férrea decisión de que sus demandas calen hondo y sean capaces de sensibilizar a los congresistas republicanos algunos que, y a pesar del compromiso con su partido, empiezan a inclinarse a favor de los perseguidos.
Aceptemos que el desafío a Mister Trump puede resultar caro pero los paisanos se la juegan, “no se rajan” pues. Ya sabéis que el sujeto de marras ordenó el traslado de unos 5 mil miembros de la guardia nacional para apagar la inconformidad. Adelantemos que batallarán con todo y utilizar lo más variado de la fuerza bruta. Y es que por encima de todo está la defensa de la dignidad y el derecho a la búsqueda de mejores condiciones de sobrevivencia.
Recordéis que en EU habitan un promedio de 36 millones de mexicas, la mayoría ilegales difíciles de expulsar ni con todo el ejército y las policías, por más crueldad que apliquen. Y pa´l baile vamos.
Y como los conservadores están con todo lo que dañe a nuestro país, ahí tiene que responsabilizan a la Jefa Claudia de los hechos registrados, principalmente en Los Ángeles, porque dicen que “los mandó a la guerra” al alentar desde “la mañanera” protestas masivas. ¡Haga usted el recabrón favor!. Desde luego la Señora Presidenta es respetuosa de cualquier manifestación siempre y cuando sea pacífica, pero eso de “alentar” expresado por la minoría rapaz, suena a maligno afán de confrontar a Trump con el supremo gobierno a efecto de deteriorar las relaciones mantenidas pese a todo, a buen nivel.
El asunto es que los paisanos resisten la embestida de los buitres capitalistas y lo hacen por la herencia histórica de lucha contra la injusticia y los valores de los antepasados que no se doblegaron ni ante los ejércitos más poderosos del mundo-mundial. Y ni modo que sea invento. (Si le partimos la mandarina a Napoleón en 1862 que no hagamos lo mismo ahora con Trump…(¡Y que no le busque!).
SUCEDE QUE
Este martes se cumplieron 54 años de la represión del gobierno contra estudiantes que pacíficamente se manifestaban en apoyo de la autonomía universitaria y de compañeros de Nuevo León. Fue “el halconazo del Jueves de Corpus” del 10 de junio que produjo un número indeterminado de muertos y heridos. Es un hecho que no se olvida al igual que la masacre del 2 de octubre del 68 en Tlatelolco. (Luis Echeverría y Gustavo Díaz Ordaz, mínimo, deben estar ardiendo en el infierno).
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA