En estos tiempos, donde la confianza en las instituciones públicas se gana a pulso y se pierde con facilidad, Tamaulipas destaca a nivel nacional por convertirse en un referente en transparencia, fiscalización y rendición de cuentas.
Esta semana se tuvo la presencia en Ciudad Victoria de la plana mayor de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), encabezada por David Colmenares Páramo.
En los hechos se trató de un reconocimiento institucional al trabajo que encabeza el gobernador Américo Villarreal Anaya, quien desde el primer día de su administración ha sostenido la máxima de conducir los destinos con transparencia y eficiencia.
Durante el ciclo de conferencias sobre el manejo del gasto federalizado, organizado por la Contraloría Gubernamental en coordinación con la ASF, se confirmó que en Tamaulipas hay un nuevo estilo de gobernar, dispuesto a someterse a la revisión y al escrutinio.
Ahí, la contralora estatal, Norma Angélica Pedraza Melo, fue clara al exponer que la instrucción es rendir buenas cuentas a la sociedad, no a modo ni en papel, sino con hechos verificables.
Esa misma línea institucional es la que ha permitido al gobierno estatal transitar sin observaciones en la Cuenta Pública de 2023, algo que en otras épocas parecía imposible y que hoy coloca al estado como punta de lanza en el uso correcto de los recursos públicos.
El Auditor Superior del Estado, Francisco Noriega Orozco aseveró que el hecho que no haya observaciones refleja orden administrativo y voluntad política para dejar atrás las malas prácticas del pasado.
Porque durante el sexenio anterior, se instruyó desde las más altas esferas del poder la desaparición de órganos internos de control.
Fue una estrategia deliberada para evitar ser fiscalizados, para operar en la penumbra, lejos de la transparencia que exige el servicio público.
No obstante, hoy las cosas sin distintas, pues lo que se vio en Ciudad Victoria fue más que una jornada técnica o un evento académico.
Fue un mensaje directo de que en Tamaulipas se gobierna con responsabilidad y con la convicción de que los recursos públicos no son botín político, sino herramientas para transformar realidades.
La presencia de diputadas, diputados, presidentas y presidentes municipales, así como titulares de dependencias del Poder Ejecutivo, refuerza ese compromiso colectivo con la rendición de cuentas.
En ese encuentro tan importante para confirmar la fortaleza de la política de transparencia en el gobierno, Américo fue enfático al señalar que administrar bien implica servir con honestidad y eficacia.
Esto es una directriz constitucional, consagrada en el artículo 134, que obliga a todo servidor público a aplicar los recursos con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez.
El contraste con el pasado es evidente, como lo reconoció también David Colmenares Vázquez, quien al frente de la ASF ha visto de cerca lo que ocurre en cada entidad federativa.
En tiempos donde la rendición de cuentas se exige, pero rara vez se cumple con rigor, Tamaulipas muestra que es posible hacer las cosas de otra manera.
POR TOMÁS BRIONES
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