El pasado jueves, después de varias semanas sin hablar ante los medios, finalmente reapareció Héctor Hugo Eugui, actual director técnico de Correcaminos. Yo no estuve presente, pero sí mi compañero Jorge Sánchez, colega en OE, quien cubrió la conferencia. Gracias a él pude ver la entrevista completa, y sinceramente, terminó por confirmarme lo que ya hemos dicho en otras columnas: lo de Correcaminos sigue siendo pura improvisación.
Durante la entrevista, Eugui reconoció que en las últimas dos semanas ha estado enviando mensajes, correos (o lo que sea) a clubes de la Liga MX para ver si hay jugadores que no entran en planes y que puedan ser cedidos a préstamo al equipo de Victoria.
Sí, suena muy bien decir “jugadores de Primera División”, pero ¿de verdad a eso le llaman planeación?, ¿de verdad eso es un plan de trabajo? Porque para mí, no lo es.
El cuerpo técnico y la directiva tuvieron prácticamente un mes de vacaciones. Un mes entero que se pudo haber aprovechado para hacer scouting serio, tanto en el ámbito local como en el extranjero. Para estudiar las situaciones contractuales de muchos futbolistas, varios de los cuales quedan libres en junio. Para analizar perfiles, planificar con visión, anticiparse. Pero no lo hicieron.
Y si lo hicieron, tal parece que fue en el fútbol amateur. Porque dos de las incorporaciones que han llegado a Correcaminos provienen justamente de ese circuito, y en especial destaca el caso de Daniel García, quien lleva cinco años sin ser profesional. ¿Esa es la inteligencia deportiva?, ¿esa es la planeación de un club que se dice de alto rendimiento?
Mientras tanto, equipos con presupuestos similares o incluso más modestos, como Tepatitlán, aprovecharon ese mismo periodo para fichar jugadores Sub-23 con experiencia en Liga MX. Atlético La Paz hizo lo propio, firmando a futbolistas que quedaron libres sin perder el tiempo.
Ahí es donde se nota la diferencia entre los que hacen su tarea… y los que improvisan.
Y esto, por supuesto, también expone a quienes toman las decisiones fuera de la cancha: Héctor Hugo Eugui y Javier Garibaldi, que hasta ahora no han hecho un buen trabajo. Y se nota. Se nota en las decisiones, en los refuerzos, en los tiempos… en todo.
¿De qué sirvió entonces la pretemporada en Playa de Tampico si ninguno, o casi ninguno, de los refuerzos la hizo? ¿A quién prepararon? ¿Para qué? Y lo peor es que ya sabemos lo que viene: cuando no lleguen los resultados, el discurso será el mismo de siempre: “los jugadores necesitan tiempo de adaptación”.
Este es simplemente otro capítulo de una historia que ya conocemos: la historia de Correcaminos y sus improvisaciones. Porque más que un club profesional, hoy parece un equipo amateur. Y ojo, que muchos equipos amateur de esos bien organizados tienen más planeación que esta institución.
Y eso, sinceramente, ya no puede seguir siendo parte del guion.
POR DANIEL VÁZQUEZ
