CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Lo que comenzó como una decepción profunda para un niño de primaria terminó convertido en un acto de amor colectivo que conmovió a toda Ciudad Victoria.
Leo, un pequeño que recién concluyó su educación primaria, fue excluido de su ceremonia de graduación debido a que su familia no pudo cubrir la cuota económica solicitada por la escuela. Sin uniforme especial, sin foto grupal, sin aplausos… el menor se quedó fuera de un evento que representaba el cierre de una etapa crucial en su vida. Y con ello, también llegó la tristeza a su hogar.
Pero la historia no terminó ahí.
Al enterarse del caso, el grupo de motociclistas “Los de la Curva” decidió hacer algo al respecto. Más que indignación, eligieron la acción. A través de redes sociales convocaron a otros ciudadanos, amigos y organizaciones para devolverle a Leo la sonrisa.
El miércoles 25 de junio, el corazón de la ciudad latió al unísono por él. En el fraccionamiento Arboladas, donde vive el menor, lo esperaban con pizza, pastel, refrescos y regalos. Pero antes, decenas de motociclistas recorrieron el boulevard principal en caravana hasta llegar a su casa, con motores rugiendo no por rebeldía, sino por ternura.
A la celebración se unieron también los colectivos Carretoneando y el Radio Servicio Nacional de Auxilio A.C. Victoria, quienes colaboraron en la logística y los detalles del evento. Lo que parecía un simple festejo se convirtió en una muestra palpable de lo que puede lograr una comunidad unida.
Las redes sociales no tardaron en replicar el gesto, generando una ola de apoyo, solidaridad y cuestionamientos hacia la escuela que negó a Leo su lugar en la ceremonia. Hasta ahora, no se ha dado una postura oficial por parte de la institución educativa.
Pero quizá eso ya no importa tanto. Porque Leo, ese niño que un día se sintió olvidado, fue celebrado como se merece: con alegría, con dignidad… y con el cariño de toda una ciudad.
Por. Raúl López García
