El Porfiriato fue un periodo de la historia de México durante el cual el poder nacional estuvo bajo control del general oaxaqueño José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, quien asumió la presidencia por primera vez el 28 de noviembre de 1876, tras triunfar en su revuelta contra los “lerdistas” e “iglesistas”.
Este nuevo régimen trajo la tan anhelada paz al país, luego de décadas marcadas por guerras extranjeras y conflictos internos. La llamada Paz Porfiriana duró cerca de 30 años, caracterizándose por un crecimiento económico notable para algunos sectores, mientras que para otros significó explotación laboral y condiciones cercanas a la esclavitud.
Sin embargo, en lo que respecta a Antiguo Morelos, la situación fue diferente. No hay registros de tiendas de raya u otros mecanismos de control típicos del régimen, lo que marca una distinción con respecto a otras regiones del país.
Construcción del camino a San Luis
El 26 de noviembre de 1877 se reanudaron los trabajos del camino carretero San Luis–Tampico. En esta etapa, el ingeniero Manuel Iglesias quedó a cargo de la obra. Con mil trescientos veinte operarios, en cinco meses se concluyó el tramo que atravesaba la Sierra de La Colmena, Nicolás Pérez y la Boca del Abra.
Diversos telegramas enviados desde Nuevo Morelos respaldan la idea de que en el antiguo Mesillas existió un campamento para los trabajadores. Uno de los primeros, fechado el 13 de enero de 1878, notificaba al ministro de Fomento:
> “El 5 de mayo se inaugurará este camino y podrá usted venir a recorrerlo. Por mi parte hago toda clase de esfuerzos y solo me contraría la falta de operarios. Hoy tengo 377 en esta, 80 en San José y 25 en Colás Pérez. Aún no viene la gente prometida por el gobernador.”
—M. Iglesias
En otro mensaje, del 12 de febrero de ese mismo año, el ingeniero reportaba ya 1,200 operarios trabajando en distintos puntos del camino. En un tercer telegrama, también de febrero, informaba del inicio de obras en la Sierra de La Colmena y la necesidad urgente de herramientas, solicitadas desde Tampico.
El camino fue finalmente inaugurado el 5 de mayo de 1878, el mismo día en que comenzaron los trabajos para la línea ferroviaria San Luis–Tampico.
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El tren que nunca pasó por Morelos
En febrero de 1878, los gobernadores de Querétaro y Aguascalientes ofrecieron apoyo a San Luis Potosí para acelerar la construcción del ferrocarril a Tampico. El 14 de ese mes se firmó un contrato con Benigno Arriaga para que la línea partiera de la capital potosina hacia el límite con Tamaulipas, pasando por Cerritos y Valle del Maíz.
Se planteó utilizar el río Tamesí como vía navegable hasta Tantoyuquita, un sitio sin antecedentes de fiebre amarilla, lo cual daba seguridad sanitaria a los inversionistas. En el trazo original, se preveía construir dos puentes de hierro sobre los ríos Naranjos y Mesillas, y se calculaba un costo total de 30 mil pesos para dichas obras.
Sin embargo, por decisión del gobernador Diez Gutiérrez, el trazo del ferrocarril fue modificado para pasar por su hacienda, marginando a Morelos y El Abra del proyecto ferroviario.
Se construye el campanario
El 1° de enero de 1879 asumió el mando político y administrativo de Antiguo Morelos el ciudadano Eduardo Almazán. Uno de sus principales compromisos fue promover obras públicas de beneficio social. El 19 de enero de ese año, lanzó la propuesta para construir una torre de cal y canto destinada a albergar las campanas de la iglesia.
El llamado a la colaboración ciudadana tuvo gran aceptación, y los trabajos iniciaron de inmediato. La torre de la Iglesia de San José fue concluida en 1880 por el maestro albañil Hilario Pardo, originario de Ciudad del Maíz, reconocido por su oficio en la región.
Entre otras obras, Pardo construyó la casa de don Benito Contreras, ubicada en la esquina de las calles Juárez y Morelos, una de las pocas edificaciones de esa época que aún se conservan en pie.
Por Marvin Osiris Huerta Márquez
Expreso-La Razón




