Como lo hacían desde la época del México independiente, los representantes de las agrupaciones conservadoras de la actualidad ven en la persecución de migrantes y la política arancelaria del presidente Donald Trump contra nuestro país, una esperanza para el resurgimiento del PAN.
Igual que el dirigente nacional del PRI, Alito Moreno, un miembro distinguido de Acción Nacional, el exdiputado Gabriel Quadri, así lo externaron.
El 28 de noviembre de 2024 el entonces legislador blanquiazul justificó la intervención estadunidense a nuestro país para combatir a los cárteles de la droga y aprovechó la ocasión para declarar “Trump, la esperanza de México”, frase propia de un traidor a la patria que provocó reacciones de condena y desaprobación generalizada.
Lamentablemente para la causa panista, la situación del partido de Gómez Morín es tan desafortunada que esa parece ser una de las expectativas que tiene el albiazul para salir del hoyanco a que lo ha empujado la pérdida del respaldo ciudadano y a la incapacidad de sus dirigentes para contrarrestar el fenómeno.
El golpeteo sistemático contra todo lo que hace la 4T y Morena ha causado un efecto contrario. Los diez millones de votos de los 16 millones que obtuvo el partido derechista y los cinco millones el tricolor en la elección presidencial de 2024, demuestran la realidad en la que se debate la oposición.
UNA BUENA Y UNA MALA
Ahora, en temas locales, dos noticias, una buena y una mala.
La buena es la celebración en la playa de Miramar de dos certámenes deportivos: el torneo internacional de voleybol del 11 al 14 de julio en el que participan 33 países, entre ellos, además de México, los Estados Unidos, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala, Puerto Rico y Cuba y el Triatlón “As Tri Tamaulipas Ichich Tenenek 2025” que también se desarrolla en el paseo turístico.
La mala es que al mismo tiempo ha servido para que los visitantes comprueben científicamente que las calles de ciudad Madero se encuentran destrozadas, llenas de baches, sin que el municipio haya emprendido un programa urgente de rehabilitación para atenuar las molestias de los conductores de vehículos que transitan a diario por ellas y la mala imagen que ello provoca entre los paseantes.
El problema, hay que señalarlo, no es privativo de la urbe petrolera, en Tampico la imagen urbana también se ha deteriorado en los meses recientes.
Era habitual en el pasado que la víspera de las fiestas de abril y de las vacaciones de la Semana Santa, las autoridades tampiqueñas recurrieran, entre otras acciones de embellecimiento urbano, a pintar de blanco los cordones de las banquetas y de los camellones de las principales arterias viales para resaltar los atractivos del puerto, sin embargo, este año no se realizaron, por causas que se ignoran.
Tampoco tenemos idea del motivo por el que la secretaría de servicios públicos no ha retirado de la vía pública los contenedores de basura que se encuentran desvencijados, anomalía que, además de que obliga a los vecinos a tirar los desechos sólidos en la vía pública, afean la población.
Tristemente, eso no es todo. La información oficial en vez de informar confunde. Primero dio a conocer que las intensas lluvias de la tormenta “Barry” habían destrozado las carreteras de la entidad y causado inundaciones, sin embargo, lo hizo con tal imprecisión que numerosos turistas que tenían planeado disfrutar los días de asueto en la zona optaron por suspenderlos porque pensaron que el área se encontraba bajo las aguas.
Según afirmó el presidente de la asociación de Hoteles del sur de Tamaulipas, Jorge Marón Ceja, el diez por ciento de los vacacionistas cancelaron las reservaciones por esa razón.
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