Un tema que también abordamos con interés fue el del sionismo y el supuesto plan elaborado por el judaísmo internacional para gobernar el mundo y destruir al cristianismo.
Varios de los libros que hablaban de la teoría, “Los protocolos de los sabios de Sión”, de Sergei Nillus (1905), “El judío Internacional”, de Henry Ford (1920), Mi Lucha, de Adolfo Hitler, (1925), y “La Gran Conspiración Judía”, de Traian Romanescu, (1956), los comentamos una larga temporada en las charlas de café.
Con el mismo entusiasmo leímos también dos textos del periodista y escritor mexicano Salvador Borrego, “Derrota Mundial” (1953), prologado por el escritor y excandidato presidencial, José Vasconcelos, y “América Peligra”, (1964)
Este ejecutivo editorial fue fundador y director de los 37 periódicos que conformaban la cadena José García Valseca, hoy Organización Editorial Mexicana, y también directivo de Excelsior y el vespertino de este, Ultimas Noticias.
De acuerdo con la hipótesis judaica, el sionismo es un movimiento político que tendría como finalidad crear un gobierno mundial dirigido por una alianza subrepticia de los dueños de los capitales de los magnates judíos más poderosos del planeta con el gobierno y los grandes empresarios de los Estados Unidos.
Para lograrlo, a decir de Borrego, debilitan a los pueblos con crisis económicas recurrentes, relajamiento moral, consumo de estupefacientes, prostitución, vicios, imposición de gobernantes títeres, noticias falsas, enajenación y estupidización colectiva través de los medios de comunicación masiva (cine, televisión, radio, periódicos, revistas e internet) que tienen en su poder.
Lo llamó derrota Mundial porque, desde su óptica, la derrota que la Alemania de Hitler sufrió en la segunda Guerra Mundial habría sido en el fondo una derrota de la humanidad que, víctima de ese complot, no podría liberarse de la esclavitud y la explotación que le han impuesto las grandes potencias. Hitler pretendía – indicó Borrego- salvar a la humanidad de las garras del sionismo.
El libro “Derrota Mundial” considera que el holocausto, la matanza de seis millones de judíos en los campos de exterminio nazis, no ocurrió, sino que fue inventada o deliberadamente exagerada para satanizar el movimiento nacionalsocialista impulsado por el Tercer Reich.
Por supuesto, la lectura de los libros del periodista nos impactó. Tanto que, en agosto de 1967 un amigo del café y yo viajamos a la ciudad de México para platicar con el escritor y pedirle que nos dijera qué de cierto o de leyenda tenía la conjura israelí.
El escritor no solo nos recibió, sino que nos atendió gentilmente y durante una conversación de casi dos horas que sostuvimos con él en un cafecito, Café La Habana, ubicado a menos de cien metros del periódico Excelsior, nos planteó a grandes rasgos la teoría de la conspiración.
Para empezar, comentó en tono serio que no se trataba de una teoría sino plan real de dominación mundial.
A lo largo de la conversación nos hizo saber que los brazos políticos y económicos visibles de ese plan de sometimiento en México eran el PRI y el PAN. Este último – explicó- fundado en 1939 por Manuel Gómez Morín, es un partido político opositor creado, controlado y financiado por los Estados Unidos.
Apoyados, desde luego, –dijo– por los señores del poder del dinero, el Banco de México, que depende de Walt Street, con el propósito de impedir que el gobierno mexicano pudiera tomar decisiones y derroteros inconvenientes para los intereses de Washington e Israel.
Sociedades secretas como “El Yunque” de Acción Nacional se inspiraron en los textos del escritor mexicano quien asegura que esa fue una de las razones por las que el presidente Salinas De Gortari se vio obligado a pactar un acuerdo secreto con la iglesia, pero no la del Papa
Juan Pablo II dirigida desde el Vaticano, sino con la sionista y el gobierno israelita.
Resulta sorprendente que, a pesar de que se trata de libros que salieron a la luz pública hace más de cien años, no solamente no han sido olvidados, sino que sigan teniendo tanto interés y lectores, señal de que, como piensa el fundador de la cadena periodística, los temas expuestos en “Derrota Mundial” continúan vigentes.
En la obra “Derrota Mundial” de Borrego se lee que Hitler habría dicho: “Mi espíritu se levantará de mi tumba y verán que yo tenía razón”.
POR. JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ




