TAMAULIPAS, MÉXICO.- En 2024, Tamaulipas alcanzó su mayor cosecha de agave tequilero en años recientes. Se recolectaron más de ocho mil toneladas del cultivo en 345 hectáreas, un salto significativo respecto a los ciclos agrícolas anteriores. Sin embargo, lejos de traducirse en mayores beneficios para los productores, la sobreoferta en el mercado nacional e internacional ha desplomado los precios de la planta, afectando los ingresos del sector.
La caída ha sido tan abrupta como profunda: el kilogramo de agave se vendía en 2021 a 30 pesos, mientras que hoy apenas alcanza los 2.50 pesos, una disminución del 92 por ciento en solo tres años.
Esto provocó que, pese al aumento en el volumen cosechado, las ganancias para los productores tamaulipecos descendieran de 93.8 millones de pesos en 2023 a tan solo 57 millones este 2024, según datos oficiales.
La paradoja de producir más y ganar menos ha sido el sello de los últimos ciclos. En 2021, con apenas 115 hectáreas cosechadas, Tamaulipas obtuvo 18.6 millones de pesos por 3,948 toneladas de agave. Para 2022, las ganancias se dispararon a 90.2 millones con una producción de 4,412 toneladas. El buen momento se mantuvo en 2023, cuando 5,665 toneladas dejaron ingresos por 93.8 millones.
Pero en 2024, a pesar de una cosecha récord de 8,178 toneladas, los ingresos cayeron más de 36 millones de pesos. Esta contradicción se explica por el colapso del precio debido a la sobreproducción nacional, particularmente en Jalisco, la cuna histórica del tequila.
LA RAÍZ DEL PROBLEMA: DEMASIADOS AGAVEROS
Entre 2014 y 2023, el número de productores registrados ante el Consejo Regulador del Tequila (CRT) en todo el país aumentó 1,121 por ciento, pasando de 3,180 a más de 42 mil. Las hectáreas sembradas también se quintuplicaron, de 83 mil a casi 500 mil en ese mismo periodo. Este boom provocó una sobreoferta que el mercado no pudo absorber.
Muchos de estos nuevos actores llegaron al sector sin experiencia en la agroindustria tequilera, guiados por el auge del tequila a nivel internacional. El crecimiento desmedido, sin una planeación estratégica, terminó por saturar el mercado y hundir los precios.
Aunque Jalisco es el corazón histórico de la industria tequilera, desde 1977 once municipios de Tamaulipas forman parte de la Denominación de Origen Tequila (DOT), tras una batalla legal de una empresa local que se inconformó por su exclusión en la versión original de 1974.
Aldama, Altamira, Antiguo Morelos, Gómez Farías, González, Llera, Mante, Nuevo Morelos, Ocampo, Tula y Xicoténcatl son las regiones tamaulipecas donde legalmente se puede cultivar agave tequilana Weber variedad azul y destilar tequila con reconocimiento oficial. A esta lista se suman otros once municipios con
Denominación de Origen Mezcal.
Aunque la inclusión fue vista como una decisión polémica por sectores tradicionales de Jalisco, Tamaulipas ha desarrollado una cadena productiva creciente, aunque todavía joven y vulnerable frente a las distorsiones del mercado.
PIDEN ESTÍMULOS FISCALES URGENTES
Ante el derrumbe de los precios, el CRT propuso al Gobierno Federal un esquema de estímulos fiscales para proteger a los productores.
“No se trata de entregar dinero directo, sino de una compensación a través del Impuesto Sobre la Renta (ISR) que solo se aplica si hay utilidades”, señaló el consejo. La propuesta ya ha sido discutida con la Secretaría de Hacienda y se encuentra en manos de los gobernadores para su eventual respaldo.
En paralelo, el CRT impulsa el uso de herramientas tecnológicas para el monitoreo de plantaciones. Su nuevo visor espacial georreferenciado permite conocer en tiempo real la ubicación y dimensión de los cultivos de agave en los 181 municipios con Denominación de Origen. También se trabaja en campañas de reforestación para revertir los daños ambientales causados por la expansión descontrolada de las siembras.
La historia reciente del agave en Tamaulipas revela la necesidad de que el crecimiento del sector esté acompañado de políticas públicas, regulaciones de mercado y mecanismos de protección para evitar que ciclos de bonanza deriven en crisis profundas.
José Camarena, agrónomo, productor y sommelier de tequila, coincide en que el auge mundial de esta bebidas ha traído consigo desafíos que no pueden ignorarse.
El principal, señala Camarena, es la sobreplantación del agave, resultado de una demanda global que creció notoriamente tras la pandemia.
“A mucha gente le gusta llamarlo sobreproducción, yo le llamo sobreplantación. Hoy en día tenemos el problema de que tenemos mucha materia disponible para producir tequila. Hay muchas familias que cambiaron de actividades para dedicarse completamente a este producto”, destaca el agrónomo.
Pero no toda tierra es apta, advierte el experto, no todos los suelos son propicios para el cultivo del agave, y eso ha llevado a prácticas poco sostenibles que afectan al medio ambiente y también a las comunidades.
Este 24 de julio se conmemora el Día Internacional del Tequila, una fecha que celebra su arraigo, su historia y su vínculo con el territorio.
“Hoy, los conocedores de tequila y los que lo aprecian, lamentablemente no están en nuestro País, por ello es necesario educar al consumidor, hablar del tequila desde su complejidad, de su origen y de su gente”, concluye Camarena.
POR. STAFF
EXPRESO-LA RAZÓN
