8 diciembre, 2025

8 diciembre, 2025

La UAT está en el diálogo global

CATALEJOS/ MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

Es muy claro que la Universidad Autónoma de Tamaulipas tiene objetivos ambiciosos que pasan primordialmente por consolidarse como una institución con peso propio en el contexto nacional e internacional. El Rector Dámaso Anaya lo ha dejado claro en múltiples intervenciones.

Por eso representan buenas noticias las calificaciones que le otorgan diferentes instituciones que se encargan de evaluar la excelencia educativa en todo el mundo.

Un dato elocuente, por ejemplo, es que la UAT haya subido tres lugares en el ranking nacional de UniRank, del puesto 44 al 41 entre más de 500 universidades mexicanas.

La UAT avanzó también 30 posiciones en el ranking SCImago de América Latina tan solo de 2024 a 2025, y 115 desde 2023.

También es digno de destacarse que la UAT mantenga su lugar en el QS World University Rankings para América Latina, y que en este ranking en el área de Centroamérica haya pasado del lugar 67 de 91, a la posición 66 de 93. Además que avance en Mextudia del lugar 48 al 38.

Estas cifras respaldan la visión del rector que apunta a consolidar una institución educativa que compita con lo mejor del país y de la región.

Porque la mejora en indicadores como innovación, impacto social y sostenibilidad no es gratuita. Requiere, además de voluntad, de una administración que priorice la calidad sobre la simulación.

En un sistema de educación superior con presupuestos limitados e históricos rezagos estructurales frente a las universidades privadas , cada escalón que se sube es una forma de defender la universidad pública.

En un mundo interconectado, donde el conocimiento circula a ritmo vertiginoso, que una universidad pública como la UAT forme parte de la conversación global es una necesidad estratégica para el estado.

La educación superior vive un momento de transformación acelerada. Ahora es necesario formar profesionistas que puedan moverse —y competir— en cualquier entorno, dentro o fuera de México.

Esto cobra mayor relevancia en un contexto donde la tecnología está revolucionando los métodos de enseñanza y el perfil del conocimiento requerido. La inteligencia artificial, la automatización, el análisis de datos o el diseño de nuevas fuentes de energía son desafíos del presente. Las universidades que no se adapten, no solo quedarán obsoletas, sino que condenarán a sus egresados a enfrentar un mercado laboral para el que no están preparados.

Que la UAT sea parte de esta conversación global es una muy buena noticia.

Por. Miguel Domínguez Flores

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