CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- El precio de la carne de res ha alcanzado niveles históricos en Tamaulipas, con costos que oscilan entre los 250 y hasta 280 pesos por kilo en el estado.
Ante esta situación, el secretario de Desarrollo Rural, Antonio Varela Flores, reconoció que se trata de un fenómeno que afecta directamente el bolsillo de los consumidores aun y cuando los ganaderos no están registrando pérdidas por falta de exportación.
El funcionario estatal, reconoció qué se deben de analizar mecanismos para regular el mercado por parte del Gobierno Federal, quien en este tipo de casos, es el encargado de efectuar dichas acciones que traigan beneficio a la población.
“En estos momentos los precios son muy elevados. El kilo de bistec está en 280 pesos en algunas zonas, en otras cono mínimo en 170″.
«¿Qué está pasando? Aunque no se está exportando a Estados Unidos por el tema del gusano barrenador, los ganaderos están vendiendo a buen precio a nivel nacional y les está yendo bien”, explicó el funcionario estatal.
Varela Flores consideró que si bien los productores primarios merecen una utilidad justa por su trabajo, también es necesario que el beneficio no se quede únicamente en los intermediarios.
“Hemos platicado que el gobierno debe buscar cómo regular los precios. La carne sube, pero no baja, y eso hay que revisarlo”, apuntó.
Por su parte, el presidente de la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas (UGRT), José Guerrero Gamboa, confirmó que, aunque la entidad no está exportando reses a Estados Unidos debido a las restricciones sanitarias, sí se mantiene una buena colocación en el mercado nacional.
“No estamos teniendo pérdidas, pero sí hay consecuencias en el consumidor, porque los precios están muy por arriba de lo habitual”, dijo.
Ambos líderes coincidieron en que el incremento no necesariamente es resultado de una escasez o de sobrecostos en producción, sino del comportamiento del mercado y de los canales de comercialización, lo que hace necesario revisar políticas que garanticen precios más accesibles para las familias sin afectar al sector ganadero.
El alza en el precio de la carne se suma a otras presiones inflacionarias en los alimentos, por lo que el llamado a revisar la cadena de valor se vuelve cada vez más urgente.
Por Antonio H. Mandujano
