6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

Adán Augusto ya le pesa a la Cuatroté

A BARLOVENTO/ TOMÁS BRIONES

No es que Luisa María Alcalde sea la principal afectada jurídica por lo que ha sucedido, pero políticamente la presidenta nacional de Morena es una de las personas más perjudicadas.

Los demás son el compañero Andrés Manuel, el senador Adán Augusto López, la presidenta Claudia Sheinbaum y por supuesto, el movimiento en general.

De ser un tema que de inicio parecía fácil de manejar con algo de distracción, la acusación de las autoridades judiciales de Tabasco en contra de Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad Pública durante la administración de Adán Augusto López Hernández, escaló rápidamente a niveles que hoy en día ya pesan.

Como ya medio país sabe, Bermúdez es señalado por presuntamente tener vínculos con el crimen organizado e inclusive, el exfuncionario tiene en su contra una orden de aprehensión.

Extrañamente alguien le avisó y se encuentra prófugo. Sí, así como sucedió muchas veces con el viejo régimen.

¿Qué tiene de especial para Morena y para Luisa María, si en el país hay muchos prófugos de la justicia? Pues que el exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco es un personaje cercanísimo, de todas las confianzas del ahora coordinador de senadores de Morena, Adán Augusto López Hernández.

Una de las críticas más duras a Morena y a su dirigente es el doble discurso cuando se trata de condenar presuntos hechos delictivos de opositores y del oficialismo.

Es evidente su falta de actitud firme para pedirle a Adán Augusto que brinde explicaciones, porque es imposible creer que no se haya enterado del comportamiento delincuencial de su excolaborador.

Luisa María, con su estilo estentóreo cuando fustiga con su discurso a todo aquel que señale como opositor, por el simple hecho de no compartir los puntos de vista de la Cuatroté, ha cambiado sus conocidas expresiones en una narrativa que pretende justificar a Adán Augusto.

Es más, la encargada del partido ha tenido la osadía de  defenderlo de los señalamientos que lo acusan de conocer el pasado y el desempeño de su excolaborador de alto nivel.

Es decir, la dirigente nacional de Morena en vez de exigirle a su compañero de partido que explique cuánto sabía o no del comportamiento del exfuncionario de seguridad durante su gobierno, ha decidido desviar la atención.

Luisa María repite que las acusaciones son aprovechadas por la oposición con fines políticos y evita ser incisiva con Adán Augusto.

Pero por supuesto que eso, el aprovechamiento del escándalo iba a suceder aquí y en cualquier país en donde haya una lucha por el poder.

En política, siempre se buscará aprovechar los errores de los adversarios para obtener un beneficio político. Creer lo contrario es ingenuidad o ignorancia supina.

Luisa María es la cara más visible de quienes defiende a Adán Augusto, lo cual es entendible porque los cánones de la política dictan que no pueden dejar naufragar a su compañero de partido, máxime si es su coordinador de senadores y aunque ostensiblemente, el personaje en cuestión sabía de las tropelías que cometía su colaborador.

Pero no hay que olvidar que, también, esta coyuntura puede ser aprovechada por el grupo cercano a la presidenta Sheinbaum para empezar a quitarle poder e influencia a Adán Augusto, quien se siente inmune a este tipo de acusaciones por su indiscutible cercanía con el compañero Andrés Manuel.

Es innegable que López Obrador, siendo presidente, sabía qué fallas tenían quienes estaban en la función pública y qué cosas hacían bien o mal sus cercanos y los cercanos a ellos.

En este caso, Adán Augusto siendo gobernador y su entonces secretario de seguridad pública, hoy prófugo de la justicia. Era imposible que el compañero Andrés Manuel y Adán Augusto ignoraran las cosas.

Vaya semanas que ha tenido Luisa María, con todo lo que se le ha venido encima a políticos morenistas, desde las sospechas provenientes de Estados Unidos, las visas retiradas a personajes de la Cuatroté, los señalamientos contra el compañero Andy y ahora, con esta relación documentada entre el responsable de la seguridad pública de Tabasco con grupos del crimen organizado y por supuesto, la presunta protección que le brindó Adán Augusto.

Han sido semanas difíciles y se anticipa que le seguirán muchas más, porque, aunque la muchacha tiene ímpetu y arrojo, carece de sensibilidad y congruencia para responder con rapidez, certeza y coherencia en todos los casos, especialmente en los que se involucra a personajes connotados de su partido.

La joven Luisa María Alcalde prefiere atacar a la oposición con sus discursos, posteos en redes sociales e intervenciones en los espacios oficiales y oficiosos a disposición del partido, que plantarse como una verdadera figura política congruente, responsable y transparente.

Se entiende: A veces , como ahora, el margen de maniobra no es amplio y se debe hacer lo que se pueda, con lo que se tiene.

A final de cuentas, convertida en la única defensora más constante de Adán Augusto y por extensión, en su exsecretario de Seguridad Pública prófugo por sus acusaciones de presuntos vínculos con el crimen organizado, a Luisa María no le queda mucho por hacer.

Lo mejor que puede hacer ahora es resistir, soportar y esperar que esa actitud de resignación se convierta en una senaduría, una diputación federal o algo más que le permita crecer dentro del movimiento.

ESCOTILLA

Mario Delgado, Andy López Beltrán y Ricardo Monreal, todos personajes relevantes del régimen, todos beneficiarios de su relación personal y política con Andrés Manuel, comparten ahora el foco público. Y no es para bien.

Sabiendo que políticamente es muy sensible el tema de la relación con el crimen organizado del secretario de Seguridad Pública de Adán Augusto cuando fue gobernador, deciden irse de vacaciones a Europa y Japón.

Aunque los defensores y ellos mismos dicen que se fueron de paseo con sus propios recursos, en los hechos contradicen y golpean a la presidenta Sheinbaum, quien insiste en que los altos funcionarios y personajes clave de la Cuatroté se conduzcan con sencillez, humildad, austeridad y congruencia.

Parece que a ninguno de ellos le importa el impacto en la imagen del régimen, pero especialmente, ignorar los recordatorios que les hace la presidenta, en teoría, la líder del movimiento. En fin.

Por. Tomás Briones

abarloventotam@gmail.com

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