Aunque no es delito ni acto de corrupción hospedarse en hoteles de cinco estrellas ni viajar por el mundo en primera clase con recursos bien habidos, los militantes de Morena que han pasado por encima del principio de austeridad que pregona ese partido político no encajan en la 4T.
Primero porque contraviene lo dispuesto por la ley federal de austeridad republicana que regula el ejercicio del gasto público, segundo porque daña la imagen pública de la agrupación en la que militan que se esfuerza en erigirse en un ejemplo en el desempeño de los cargos gubernamentales.
Resulta reprobable que a sabiendas de que son vigilados por la oposición el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, el propio hijo de AMLO y secretario de Organización del partido, Andrés Manuel López Beltrán, el senador y líder de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, y el secretario de Educación, Mario Delgado, exhiban modales a los que tanto han criticado a los militantes del PRI y el PAN.
Seguramente incurrir en ese tipo de conductas no debe de ser causa de expulsión del partido obradorista, pero al menos la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia debería de imponerles un extrañamiento o amonestación pública que demuestre ante la comunidad que no es bien visto en la Cuarta Transformación ese tipo de comportamientos y al mismo tiempo sirva de escarmiento para que no se repita.
Hay que predicar con el ejemplo.
Llevar una vida de lujos quienes viven del presupuesto público mientras el pueblo apenas le alcanza para cubrir sus necesidades básicas, es un insulto a las clases populares. Como decía el expresidente López Obrador, es inaceptable un gobierno rico con un pueblo pobre y mucho menos que sean aquellos que presumen que son distintos a los miembros de otras organizaciones partidistas los que cometan esa falta de congruencia entre lo que dicen y lo que hacen.
Es indispensable que vivan en la justa medianía, como ha sugerido asimismo la presidenta Claudia Sheinbaum.
Debería de incluirse en los estatutos que norman la vida del Movimiento Regeneración Nacional una disposición o código de ética disciplinaria, que, además de prohibir actitudes que resultan ofensivas para los obreros y las personas de escasos recursos económicos, que castigue esa manera de proceder.
Si no les parece, entonces que emigren a aquellos partidos políticos en los que es habitual que los dirigentes y los funcionarios de gobierno pertenecientes a esas agrupaciones viven como reyes en tanto que la mayoría de sus adeptos se debaten en la precariedad.
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