4 diciembre, 2025

4 diciembre, 2025

Combate a la pobreza: prueba superada

CATALEJOS/ MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

No hay una medición más importante para la Cuarta Transformación que la publicada ayer por el INEGI.

Detrás de la narrativa del movimiento, su rumbo ideológico, y sus políticas públicas, la prioridad siempre ha sido el combate a la pobreza.

Por eso, en Palacio Nacional y en Palenque deben haber recibido con mucho agrado las cifras que confirman una reducción significativa del porcentaje de pobres en el país.

Y Tamaulipas no es la excepción, ni mucho menos.

En Palacio de Gobierno también pueden estar satisfechos con lo conseguido hasta el momento, porque ha sido en los últimos dos años -tras el arribo de Américo Villarreal al poder- cuando se ha conseguido la baja más pronunciada en los índices de pobreza en Tamaulipas.

La pobreza multidimensional, que combina el ingreso insuficiente con al menos una carencia social, alcanzaba en 2016 al 32% de la población estatal, equivalente a 1 millón 97 mil 400 personas.

Para 2018 subió a 34.5% (1 millón 205 mil 400), y en 2020 llegó a su punto más alto con 34.9% (1 millón 233 mil 900 personas).

En 2022 se presentó un descenso relevante al situarse en 26.8% (962 mil 600), tendencia que se consolidó en 2024 con 20.2%, es decir, 720 mil 400 habitantes en esta condición. La reducción en el último bienio fue de 6.6 puntos porcentuales y 242 mil 200 personas menos en situación de pobreza multidimensional.

En el caso de la pobreza extrema, que implica ingresos muy bajos y múltiples carencias, el indicador pasó de 2.7% en 2016 (93 mil 100 personas) a 3% en 2018 (104 mil 400) y 3.8% en 2020 (135 mil 500), su nivel más alto. En 2022 descendió a 2.9% (102 mil 600) y en 2024 se redujo a 1.5% (52 mil 400 personas), con una caída de casi la mitad en solo dos años.

El análisis de las carencias sociales muestra mejoras en todos los rubros respecto a 2022.

El rezago educativo pasó de 16.1% (577 mil 600 personas) a 15.2% (542 mil 600), mientras que la carencia por acceso a servicios de salud disminuyó de 27.9% (1 millón 2 mil 900) a 25.1% (898 mil 100 personas). La carencia por acceso a la seguridad social sigue siendo la más alta, aunque bajó de 39.4% (1 millón 415 mil 600) a 37.9% (1 millón 356 mil 100).

En materia de vivienda, la carencia por calidad y espacios se redujo de 6.1% (219 mil 400 personas) a 4.3% (153 mil 600), mientras que la carencia por servicios básicos en la vivienda pasó de 6.8% (244 mil 400) a 4.8% (173 mil 100). La carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad disminuyó de 12.4% (446 mil 500) a 9.7% (348 mil 400 personas).

Detrás de estas cifras están las formas de gobernar -tan discutidas por la oposición- que han puesto en el centro de la atención, el apoyo a los más pobres: los programas sociales y la reestructuración de múltiples políticas públicas.

Buena noticia.

Por. Miguel Domínguez Flores

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