CIUDAD VICTORIA, TAM.- La Cuenca de Burgos es el principal reservorio terrestre de gas natural en México y su historia refleja una paradoja entre la riqueza energética subterránea y los problemas irresueltos en la superficie.
En 2009 alcanzó su punto más alto con más de mil quinientos millones de pies cúbicos diarios que salían de campos en Tamaulipas Nuevo León y Coahuila un volumen que representaba casi una cuarta parte del consumo nacional.
Pemex impulsó esa producción con contratos de servicios múltiples firmados durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón que atrajeron a empresas internacionales como Repsol y a contratistas nacionales bajo un esquema que buscaba modernizar la extracción sin cambiar la propiedad del hidrocarburo.
El auge fue corto porque los campos convencionales comenzaron a declinar mientras en Estados Unidos la revolución del shale gas convertía al Eagle Ford en potencia productiva México se quedó con un recurso estimado en quinientos cuarenta y cinco trillones de pies cúbicos técnicamente recuperables pero sin desarrollo comercial.
Hoy la producción de la región ronda apenas cuatrocientos diez millones de pies cúbicos diarios muy lejos del récord de hace quince años y frente a los más de seis mil millones de pies cúbicos que México importa diariamente de Texas la balanza está claramente inclinada hacia la dependencia externa La inseguridad ha sido un obstáculo permanente en el noreste desde 2010 cuadrillas de trabajadores fueron blanco de secuestros extorsiones y bloqueos y comunidades como Ciudad Mier quedaron prácticamente vacías por el desplazamiento forzado.
POR STAFF
