5 diciembre, 2025

5 diciembre, 2025

Un llamado al corazón

Razones/Martha Irene Herrera

Hay imágenes que se quedan grabadas en el corazón. Hace unos días vi en redes sociales la fotografía de una señora muy mayor en Altamira, quizá de unos 85 años, que con ayuda de un andador apenas se sostenía para vender golosinas en la calle.

Su necesidad era evidente, pero aún más lo era su esfuerzo, sus ganas de seguir adelante, de no rendirse a pesar de las dificultades. Esa escena me conmovió porque retrata la vida de muchos adultos mayores que enfrentan su vejez en condiciones adversas.

Personas que lo dieron todo trabajando, cuidando, aportando, y que ahora parecen olvidadas por una sociedad que a veces se mueve demasiado aprisa como para detenerse a mirar.

Ahí es cuando uno entiende que hacen falta más políticas públicas para atenderlos, sí, pero también hacen falta más corazones sensibles, más empatía, más compromiso ciudadano. Porque no todo puede quedar en manos del gobierno.

El Papa Francisco nos recordaba que “una sociedad que no cuida de sus ancianos no tiene futuro, porque pierde la memoria”. Y tiene razón: ellos son memoria viva, testigos del camino que nos trajo hasta aquí.

Si perdemos a nuestros mayores, si los dejamos en soledad o abandono, no solo les fallamos a ellos, nos fallamos a nosotros mismos. Perdemos raíz, historia y humanidad.

Por eso, la Diócesis de Tampico, a través de la Dimensión Vida, nos ofrece una oportunidad para dar un paso hacia esa sociedad solidaria que queremos ser.

Se trata del Abuelotón 2025, una campaña que busca recolectar productos de la canasta básica para apoyar a adultos mayores en situación vulnerable.

La primera etapa será este 28 de agosto, cuando en todas las capillas de la diócesis se estarán recibiendo donativos de leche entera, deslactosada o en polvo, arroz, frijol, aceite, azúcar, café, sopas, gelatinas, galletas, pañales y artículos de higiene personal.

Posteriormente, el 31 de agosto, la cita será en la Plaza de Armas de Tampico, donde se realizará la gran jornada de solidaridad en favor de nuestros abuelos.

Es importante destacar que todos estos productos serán entregados directamente a la comunidad vulnerable de adultos mayores que más lo necesita, de manera transparente y cercana.

La invitación es a que participemos no solo con un paquete de productos, sino con la certeza de que detrás de ese gesto hay dignidad, respeto y amor hacia quienes tanto nos han dado.

En cada donación, por pequeña que parezca, hay un mensaje: no están solos, los vemos, los valoramos. Y ese es quizá el mejor regalo que podemos ofrecer a quienes merecen transitar su vejez con paz y acompañamiento.

Que no nos gane la indiferencia. La generosidad que hoy sembremos en favor de los adultos mayores será la esperanza que mañana nos acompañe a todos.

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