Este 8 de septiembre, a menos de dos horas de que venciera el plazo legal, el gobierno federal entregó a la Cámara de Diputados los Criterios Generales de Política Económica, la iniciativa de Ley de Ingresos y el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2026, el así llamado paquete económico para 2026.
El paquete económico para 2026 parte de un marco macroeconómico relativamente optimista, dado el entorno nacional e internacional y las expectativas de organismos internacionales, bancos y otros expertos. Según los criterios generales de política económica, el gobierno federal espera para 2026 un crecimiento del PIB de entre 1.8 y 2.8 por ciento —un rango más modesto al anunciado originalmente para 2025 y que hoy sabemos que difícilmente se cumplirá—, pero que se encuentra por encima de las cifras esperadas por especialistas.
Vale la pena recordar que el Presupuesto de Egresos originalmente aprobado para 2025 proponía realizar un ajuste importante en el gasto público, a fin de disminuir el déficit público a 3.9% del PIB —y con ello contrarrestar el endeudamiento registrado en 2024—. De acuerdo con las cifras de la SHCP, el déficit para 2025 será de 4.3% del PIB. Una preocupación importante es que el déficit presupuestario posiblemente esté subestimado al considerarlo como sólo 4.1% del PIB, cuando quizás acabe representando hasta 4.5% del PIB. La razón de esto es que se está suponiendo una tasa de crecimiento poco realista, al tiempo que se subestiman los pagos de pensiones.
De acuerdo con la iniciativa de Ley de Ingresos, en 2026 el gobierno federal esperaría tener ingresos presupuestales por 8.721 billones de pesos, mismos que representan 22.5% del PIB, y un financiamiento neto de 1.587 billones de pesos, 4.1% del PIB. Como proporción del PIB, estos ingresos serían ligeramente mayores a los esperados para 2025. La recaudación fiscal sería la principal fuente de ingresos, al representar 5.83 billones de pesos. A pesar de repetir insistentemente que no habrá nuevos impuestos, el paquete económico propone aumentos importantes en el IEPS al tabaco, bebidas de sabor, apuestas y videojuegos.
En contraparte, aunque las presiones de gasto público no disminuyen, el proyecto de Presupuesto de Egresos para 2026 propone erogar 10.115 billones de pesos, equivalentes a 26.1% del PIB. En contraste, el gasto neto total estimado para 2025 sólo representaría un 25.5 por ciento del PIB, de modo que la diferencia entre ambas cifras representa un aumento en el déficit público: el costo de la deuda aumentaría de 3.8% del PIB en 2025 a 4.1% en 2026.
Las pensiones tanto contributivas como no contributivas ascenderían a 2.3 billones de pesos, cifra que ha estado aumentando año con año dado el envejecimiento de la población del país. Por otro lado, el gasto en programas sociales prioritarios —tales como las pensiones de adultos mayores y las becas Benito Juárez, entre otros—, aumentarían 18% en 2026, representando 16.9% de los ingresos tributarios, mientras que en 2025 representaron 15.8% de los mismos ingresos.
Al inicio de su mandato, López Obrador pudo gastar con holgura en programas sociales y en proyectos estratégicos porque disponía de los recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, entre otros. Tales fondos se agotaron y el gobierno que presumió austeridad republicana no tuvo empacho en incurrir en un déficit récord en 2024. Por desgracia, el gobierno actual no tiene las ventajas de contar con los fondos que de manera precautoria le heredaron los gobiernos neoliberales a López Obrador.
Según el paquete económico de 2025, el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum luciría distinto al de su antecesor. Sin embargo, el ajuste presupuestal para reducir el déficit público que se prometió hace un año no sólo no se cumplirá, sino que además no se realizará tampoco en 2026. Llama la atención que un gobierno con mayorías tan holgadas en ambas Cámaras del Congreso, con capital político de sobra, según numerosas encuestas, no se ha atrevido a encarar una solución de raíz al problema creciente de las finanzas públicas: una discusión seria sobre reforma fiscal.
Por. Javier Aparicio




