Actualmente, las mascotas y animales de compañía ocupan un espacio muy importante en las familias del siglo XXI; tenemos desde aquellos padres que decían “no quiero animales en esta casa” y ahora son una parte importante de su vida, hasta aquellas personas que han dedicado su vida al cuidado y protección de estas especies.
Particularmente, en Tamaulipas, desde hace más de 20 años contamos con una ley específica de protección animal, sin embargo, el pasado 02 de septiembre los diputados de la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano presentaron en el Congreso del Estado de Tamaulipas una iniciativa que llamaron “Ley Maple”.
Esta propuesta es una reforma muy noble, desde el punto de vista humanitario y progresista, que busca llenar algunos vacíos legales en el marco normativo vigente en materia de protección animal y tiene su antecedente inmediato un lamentable suceso de descuido y maltrato que se dio en la Ciudad de México en 2022 y que reunió más de 75,000 firmas en una petición en línea.
Quiero dejarlo muy claro: estoy convencido de que existen muchas cuestiones que deben mejorarse en materia de protección animal en nuestro Estado, especialmente, desde el ámbito legislativo, sin embargo, lo que en este caso no comparto, son las formas que se adoptaron para esta propuesta.
Voy a ser muy específico: uno de los principales problemas que existe en el ámbito legislativo (tanto a nivel nacional, como local) es que muchas de las ideas que dan origen a las iniciativas y propuestas nacen y se maduran únicamente desde una perspectiva de escritorio, sin tomar en cuenta la percepción y realidad social.
Y no me mal interpreten, no quiero decir que sean necesariamente malas ideas, para nada; sin embargo, soy un convencido de que todas las propuestas, ideas e iniciativas que se impulsen desde un Poder Legislativo deben tener origen, causa, sustento y finalidad ciudadana.
Una parte muy importante del trabajo legislativo debe ser la cercanía con las personas; que todas las propuestas sean la respuesta a sus necesidades y que estas cuenten con el respaldo y acompañamiento de la ciudadanía para que tengan un impacto positivo en la sociedad
En el caso particular de la “Ley Maple”, estoy seguro de que estos cambios son necesarios y es una propuesta que, sin lugar a duda, busca prevenir muchos casos de abuso y maltrato animal, así como, progresivamente, profesionalizar el cuidado y la atención de estas especies, sin embargo, es una realidad que para atender esta problemática se debió escuchar previamente las opiniones de las organizaciones y asociaciones que se dedican a esta labor.
NO SE PUEDE, NI SE DEBE LEGISLAR SIN TOMAR EN CUENTA A LAS Y LOS CIUDADANOS.
Son estas personas, organizaciones y asociaciones quienes tienen el pulso de lo que realmente se necesita en materia de protección animal en nuestro Estado; escucharlas y hacerlas parte del proceso no solo es algo necesario, es un acierto que debe marcar la pauta para todas las acciones legislativas que se promuevan en Tamaulipas.
Sería algo verdaderamente lamentable que una propuesta tan noble y necesaria se viera empañada por una mala planificación y, sobre todo, por la falta de respaldo ciudadano.
Tal vez ahora lo único que tendríamos que cuestionar a los promoventes es si en este preciso momento, esta propuesta es el tema más prioritario de la agenda estatal o si no existe alguna otra cuestión más importante que atender…
En lo personal, yo estoy seguro de que ahora si vienen las propuestas para solucionar los problemas más sensibles de nuestro Estado como la falta de medicamentos e insumos en hospitales tamaulipecos, los casos de corrupción de administraciones pasadas y presentes, la crisis de inseguridad en algunos municipios, la institucionalidad de la falta de transparencia, etc…
Parece que ahora si viene lo bueno y tendremos que estar muy atentos a ello…
POR JOSUÉ SÁNCHEZ NIETO




