TAMAULIPAS, MÉXICO.- En el ejido El Huizachal la paciencia se ha ido agotando desde hace casi dos meses: los apagones constantes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y los bloqueos comerciales provocados por la obra de ampliación de la carretera Rumbo Nuevo están dejando al pueblo sin ingresos, con negocios vacíos y productos medicamentos echados a perder.
En entrevista para Expreso, Agustín Barrón Luna, presidente de la Sociedad de Producción Rural, advirtió que los cortes de energía se presentan hasta tres veces al mes y duran entre 12 y 24 horas.
“La mayoría de nuestra gente es adulta y muchos dependen de la insulina que tienen en refrigeradores. Si no hay luz, estamos en riesgo”, denunció Barrón Luna.
Así mismo, agregó qué a este problema con la electricidad se suman los accesos bloqueados por las obras de ampliación de la carretera.
Son montones de arena y grava, maquinaria abandonada y zanjas mal señalizadas los que han reducido al mínimo la entrada de transportistas y visitantes a los comedores y negocios de la zona.
Por tanto, los ejidatarios aseguran que las pérdidas económicas son diarias y que ya no hay forma de reponer lo perdido.
“Dependemos de la gente en tránsito, pero los accesos se cierran y la clientela no entra».
«Hemos pedido soluciones, pero las respuestas nunca llegan”, reclamó Barrón.
Los ejidatarios señalaron que sus quejas ante la empresa constructora no han sido atendidas y que por ello tuvieron que escalar el caso a la Secretaría de Obras Públicas del Estado, con la exigencia de que se garantice tanto el suministro eléctrico como la rehabilitación inmediata de los accesos.
“Nosotros presentamos escritos, propusimos soluciones y hasta ahora no nos cumplen».
«Las pérdidas son nuestras, no de ellos”, subrayó el presidente de la Sociedad de Producción Rural.
Por. Antonio H. Mandujano




