4 diciembre, 2025

4 diciembre, 2025

Panorama PYME 2026

UNA VEZ MÁS/ JORGE ANTONIO REYES CRUZ

Cada inicio de año me gusta detenerme un momento, respirar profundo y observar qué está pasando allá afuera. No desde la teoría, sino desde lo que escucho en juntas, lo que veo en la calle, lo que platico con empresarios y lo que vivo día a día al acompañar a negocios que están intentando crecer. Y hoy, mientras pienso en cómo se asoma el 2026, tengo claro que las PYMES mexicanas están entrando a una etapa tan retadora como interesante.

Socialmente estamos en un momento peculiar. La gente está más informada, más exigente y también más cuidadosa. El consumidor del 2026 ya no compra solo por precio ni por promoción: compra por confianza, por comunidad y por coherencia. Busca marcas que realmente cumplan lo que prometen, que hablen claro y que tengan un propósito que se note, no que se declare. Y eso, aunque suene complicado, abre una oportunidad enorme para las PYMES: quienes logren construir relaciones reales —ya no seguidores, sino clientes que regresan— serán las que sobrevivan a un mercado cada vez más volátil.

En lo económico, todos sentimos que el tablero se está moviendo. La inflación ya no es el monstruo que era hace un par de años, pero sigue dejando cicatrices en los hábitos de consumo: el cliente compara más, se toma su tiempo, evalúa alternativas. Al mismo tiempo, la competencia se intensifica porque cada vez más negocios están formalizando sus operaciones, entrando a plataformas, profesionalizando sus procesos y peleando por el mismo cliente. Para las PYMES esto significa una cosa: ya no basta con tener un buen producto; hace falta tener estructura, estrategia y claridad financiera. El 2026 será un año que premiará a quienes entiendan sus costos, midan su rentabilidad y dejen de operar “al feeling”.

Y claro, está la tecnología, el elefante en la habitación que ya no se puede ignorar. La inteligencia artificial dejó de ser un tema futurista para convertirse en la herramienta que define quién acelera y quién se queda atrás. Las empresas que integren la IA en sus procesos —ya sea en sus ventas, su atención al cliente, la creación de contenido o incluso en la toma de decisiones— serán más rápidas, más precisas y más competitivas. Pero ojo: no se trata de sustituir personas, sino de potenciar equipos. La IA no viene a reemplazar al talento; viene a eliminar lo repetitivo para que podamos enfocarnos en lo estratégico. En 2026 veremos PYMES más livianas, más inteligentes y mejor conectadas.

Lo que sí creo, desde mi experiencia trabajando con tantos negocios, es que el 2026 no será un año para improvisar. Será un año para profesionalizarse. Para dejar de ver el marketing como gasto y entenderlo como inversión. Para pensar en procesos comerciales, en experiencias de cliente, en retención, en medir cada campaña, en estandarizar la atención a leads, en escuchar más y reaccionar mejor. Y también será un año para cuidar al equipo: en un entorno donde todo cambia, tener colaboradores preparados y comprometidos será el verdadero diferenciador.

Si algo me llevo de las conversaciones de estos meses es que las PYMES que quieren crecer ya no preguntan “¿cuánto cuesta?”, sino “¿cómo lo hacemos bien?”. Esa mentalidad es la que marcará el rumbo del 2026. Porque, aunque el entorno seguirá movido, también abrirá puertas para quienes decidan asumir su crecimiento con seriedad, disciplina y mentalidad de empresa, no de negocio improvisado.

El 2026 no es un año para temerlo; es un año para prepararlo. Y, desde donde me toca, seguiré acompañando a quienes entienden que el crecimiento no llega solo: se construye, se planifica y se ejecuta todos los días. Y las PYMES que así lo entiendan serán las que volteen en diciembre y digan, con orgullo, que este fue el año en que por fin dieron el siguiente paso.

Por: Jorge Antonio Reyes Cruz

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